There's an abandoned subway station at the southern tip
of Manhattan, and you have to pass a background check to visit - Read at
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sábado, 31 de octubre de 2015
20 PELICULAS DE TODOS LOS TIEMPOS
20 incredible movies that'll make you feel old when you
realize they came out 20 years ago - Read at Business Insider: http://www.businessinsider.com/favorite-movies-from-1995-2015-10?&platform=bi-androidapp
jueves, 29 de octubre de 2015
SAN AGUSTIN OBISPO, ORACION DEL PADRE NUESTRO
Quien
dice, por ejemplo, como mostraste tu santidad a las naciones, muéstranos así tu
gloria y que tus profetas sean hallados fieles, ¿qué otra cosa dice sino santificado sea tu nombre?
Quien
dice: Dios de los ejércitos, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve, ¿qué otra cosa dice sino venga tu
reino?
Quien
dice: Asegura mis pasos con tu promesa, que ninguna maldad me domine, ¿qué otra cosa dice sino hágase
tu voluntad en la tierra como en el cielo?
Quien
dice: No me des pobreza ni riqueza, ¿qué otra cosa dice sino danos hoy nuestro pan de
cada día?
Quien
dice: Señor tenle en cuenta a David todos sus afanes, o bien: Señor, si soy
culpable, si hay crímenes en mis manos, si he causado daño a mi amigo, ¿qué otra cosa dice sino perdona
nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden?
Quien
dice: Líbrame de mi enemigo, Dios mío; protégeme de mis agresores, ¿qué otra cosa dice sino líbranos
del mal?
Y
si vas discurriendo por todas las plegarias de la Santa Escritura, creo que
nada hallarás que no se encuentre y contenga en esta oración. Por eso, hay
libertad de decir estas cosas en la oración con unas u otras palabras, pero no
debe haber libertad para decir cosas distintas
Esto
es, sin duda alguna lo que debemos pedir en la oración, tanto para nosotros
como para los nuestros, como también para los extraños e incluso para nuestros
propios enemigos, y aunque roguemos por unos y otros de modo distinto, según
las diversas necesidades y los diversos grados de familiaridad, procuremos, sin
embargo, que en nuestro corazón nazca y crezca el amor hacia todos.
Aquí
tienes explicado, a mi juicio, no sólo las cualidades que debe tener tu
oración, sino también lo que debes pedir en ella, todo lo cual no soy yo quien
te lo ha enseñado, sino aquel que se dignó ser maestro de todos.
Hemos
de buscar la vida dichosa y hemos de pedir a Dios que nos la conceda. En qué
consiste esta felicidad son muchos los que lo han discutido y sus sentencias
son muy numerosas. Pero nosotros, ¿que necesidad tenemos de acudir a tantos
autores y a tan numerosas opiniones?
En
las divinas Escrituras se nos dice de modo breve y veraz: Dichoso el pueblo
cuyo Dios es el Señor. Para que podamos formar parte de este pueblo, llegar a
contemplar a Dios y vivir con él eternamente, tenemos aquella exhortación cuyo
objetivo no debe ser otro que promover la caridad que proviene de un corazón
sincero, de una conciencia recta y de una fe sin fingimiento.
Al
citar estas tres propiedades se habla de la conciencia recta aludiendo a la esperanza.
Por tanto, la fe, la esperanza y la caridad conducen hasta Dios al que ora, es
decir, a quien cree, espera y desea, al tiempo que descubre en la oración lo
que debe pedir al Señor.
lunes, 26 de octubre de 2015
HIMNO DOMINGO
Calor de Dios en sangre redentora,
y un río de piedad en tu costado;
bajo tu cruz quédeme arrodillado,
con ansia y gratitud siempre deudora.
Conózcate, oh Cristo, en esta hora
de tu perdón; mi beso apasionado,
de ardientes labios en tu pie clavado,
sea flecha de amor y paz de aurora.
Conózcate en tu vía dolorosa
y conozca, Señor, en los fulgores
de tus siete palabras, mi caída;
que en esta cruz pujante y misteriosa
pongo, sobre el amor de mis amores,
el amor entrañable de mi vida. Amén.
y un río de piedad en tu costado;
bajo tu cruz quédeme arrodillado,
con ansia y gratitud siempre deudora.
Conózcate, oh Cristo, en esta hora
de tu perdón; mi beso apasionado,
de ardientes labios en tu pie clavado,
sea flecha de amor y paz de aurora.
Conózcate en tu vía dolorosa
y conozca, Señor, en los fulgores
de tus siete palabras, mi caída;
que en esta cruz pujante y misteriosa
pongo, sobre el amor de mis amores,
el amor entrañable de mi vida. Amén.
viernes, 23 de octubre de 2015
HIMNO, OFICIO DE LECTURA
La Madre piadosa estaba
junto a la cruz, y lloraba
mientras el Hijo pedía;
cuya alma triste y llorosa,
traspasada y dolorosa,
fiero cuchillo tenía.
¡Oh cuán triste y afligida
estaba la Madre herida,
de tantos tormentos llena!
Cuando triste contemplaba
y dolorosa miraba
del Hijo amado la pena.
¿Y cuál hombre no llorara
si a la Madre contemplara
de Cristo en tanto dolor?
¿Y quién no se entristeciera,
Madre piadosa, si os viera
sujeta a tanto rigor?
Por los pecados del mundo,
vio a Jesús en tan profundo
tormento la dulce Madre.
Vio morir al Hijo amado
que rindió desamparado
el espíritu a su Padre.
¡Oh dulce fuente de amor!,
hazme sentir tu dolor
para que llore contigo.
Y que, por mi Cristo amado,
mi corazón abrasado
más viva en él que conmigo. Amén.
junto a la cruz, y lloraba
mientras el Hijo pedía;
cuya alma triste y llorosa,
traspasada y dolorosa,
fiero cuchillo tenía.
¡Oh cuán triste y afligida
estaba la Madre herida,
de tantos tormentos llena!
Cuando triste contemplaba
y dolorosa miraba
del Hijo amado la pena.
¿Y cuál hombre no llorara
si a la Madre contemplara
de Cristo en tanto dolor?
¿Y quién no se entristeciera,
Madre piadosa, si os viera
sujeta a tanto rigor?
Por los pecados del mundo,
vio a Jesús en tan profundo
tormento la dulce Madre.
Vio morir al Hijo amado
que rindió desamparado
el espíritu a su Padre.
¡Oh dulce fuente de amor!,
hazme sentir tu dolor
para que llore contigo.
Y que, por mi Cristo amado,
mi corazón abrasado
más viva en él que conmigo. Amén.
DE SANTA ROSA DE LIMA, ESCRITO.
El Salvador levantó la voz y dijo, con incomparable majestad:
Conozcan todos que la gracia sigue a la tribulación.
Sepan que sin el peso de las aflicciones no se llega al colmo de la gracia. Comprendan que, conforme al acrecentamiento de los trabajos, se aumenta juntamente la medida de los carismas. Que nadie se engañe: ésta es la única verdadera escala del paraíso, y fuera de la cruz no hay camino por donde se pueda subir al cielo!
Oídas estas palabras, me sobrevino un ímpetu poderoso de ponerme en medio de la plaza para gritar con grandes clamores, diciendo a todas las personas, de cualquier edad, sexo, estado y condición que fuesen:
Oíd, pueblo; oíd, todo género de gentes: de parte de Cristo y con palabras tomadas de su misma boca, yo os aviso: Que no se adquiere gracia sin padecer aflicciones; hay necesidad de trabajos y más trabajos, para conseguir la participación íntima de la divina naturaleza, la gloria de los hijos de Dios y la perfecta hermosura del alma.
Este mismo éstimulo me impulsaba impetuosamente a predicar la hermosura de la divina gracia, me angustiaba y me hacía sudar y anhelar. Me parecía que ya no podía el alma detenerse en la cárcel del cuerpo, sino que se había de romper la prisión y, libre y sola, con más agilidad, se había de ir por el mundo, dando voces:
¡Oh, si conociesen los mortales qué gran cosa es la gracia, qué hermosa, qué noble, qué preciosa, cuántas riquezas esconde en sí, cuántos tesoros, cuántos júbilos y delicias! Sin duda emplearían toda su diligencia, afanes y desvelos en buscar penas y aflicciones; andarían todos por el mundo en busca de molestias, enfermedades y tormentos, en vez de aventuras, por conseguir el tesoro inestimable de la gracia. Ésta es la mercancía y logro último de la constancia en el sufrimiento. Nadie se quejaría de la Cruz ni de los trabajos que le caen en suerte, si conociera las balanzas donde se pesan para repartirlos entre los hombres.
HIMNO
Nos dijeron de noche
que estabas muerto,
y la fe estuvo en vela
junto a tu cuerpo;
la noche entera,
la pasamos queriendo
mover la piedra.
Con la vuelta del sol,
volverá a ver la tierra
la gloria del Señor.
No supieron contarlo
los centinelas,
nadie supo la hora
ni la manera;
antes del día,
se cubrieron de gloria
tus cinco heridas.
Con la vuelta del sol,
volverá a ver la tierra
la gloria del Señor.
Si los cinco sentidos
buscan el sueño,
que la fe tenga el suyo
vivo y despierto;
la fe velando,
para verte de noche
resucitando.
Con la vuelta del sol,
volverá a ver la tierra
la gloria del Señor. Amén
que estabas muerto,
y la fe estuvo en vela
junto a tu cuerpo;
la noche entera,
la pasamos queriendo
mover la piedra.
Con la vuelta del sol,
volverá a ver la tierra
la gloria del Señor.
No supieron contarlo
los centinelas,
nadie supo la hora
ni la manera;
antes del día,
se cubrieron de gloria
tus cinco heridas.
Con la vuelta del sol,
volverá a ver la tierra
la gloria del Señor.
Si los cinco sentidos
buscan el sueño,
que la fe tenga el suyo
vivo y despierto;
la fe velando,
para verte de noche
resucitando.
Con la vuelta del sol,
volverá a ver la tierra
la gloria del Señor. Amén
martes, 20 de octubre de 2015
PREMIO NOBEL DE FISICA, NEUTRINOS
Here's why a particle that barely exists won this year's
Physics Nobel Prize - Read at Business Insider: http://www.businessinsider.com/why-neutrinos-won-physics-nobel-2015-2015-10?&platform=bi-androidapp
ELEMENTO MAS LIGERO, DESCUBIERTO POR BOEING
Boeing just released this awesome video of 'the world's
lightest material' - Read at Business Insider: http://www.businessinsider.com/boeing-just-released-this-awesome-video-of-the-worlds-lightest-material-2015-10?&platform=bi-androidapp
lunes, 19 de octubre de 2015
CARTA DE SAN AGUSTIN, SOBRE LA ORACION
A nosotros, cuando oramos, nos son necesarias las
palabras: ellas nos amonestan y nos descubren lo que debemos pedir; pero lejos
de nosotros el pensar que las palabras de nuestra oración sirvan para mostrar a
Dios lo que necesitamos o para forzarlo a concedérnoslo.
Por tanto al decir santificado
sea tu nombre
nos amonestamos a nosotros mismos para
que deseemos que el nombre del Señor, que siempre es santo en sí mismo, sea
también tenido como santo por los hombres, es decir; que no sea nunca
despreciado por ellos; lo cual, ciertamente, redunda en bien de los mismos
hombres y no en bien de Dios.
Y cuando añadimos venga tu reino, lo que pedimos es que crezca nuestro deseo de que
este reino llegue a nosotros y de que nosotros podamos reinar en él, pues el
reino de Dios vendrá ciertamente, lo queramos o no.
Cuando decimos: Hágase tu
voluntad en la tierra como en el cielo
pedimos al Señor nos otorgue la virtud de la obediencia, para que así cumplamos
su voluntad como la cumplen sus ángeles en el cielo.
Cuando decimos: Danos hoy
nuestro pan de cada día, con el hoy
queremos significar el tiempo presente, para el cual, al pedir el alimento
principal, pedimos ya lo suficiente, pues con la palabra pan significamos todo
cuento necesitamos, incluso el sacramento de los fieles, el cual nos es
necesario en esta vida temporal, aunque no sea para alimentarla, sino para
conseguir la vida eterna.
Cuando decimos: Perdona
nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden nos obligamos a pensar tanto en lo que pedimos como
en lo que debemos hacer, no sea que seamos indignos de alcanzar aquello por lo
que oramos.
Cuando decimos: No nos dejes
caer en tentación
nos exhortamos a pedir la ayuda del
Dios, no sea que, privados de ella, nos sobrevenga la tentación y consintamos
ante la seducción o cedamos ante la aflicción.
Cuando decimos: Y líbranos del mal recapacitamos que
aún no estamos en aquel sumo bien en donde no será posible que nos sobrevenga
mal alguno. Y estas últimas palabras de la oración dominical abarcan tanto, que
el cristiano, sea cual fuere la tribulación en que se encuentre, tiene en esta
petición su modo de gemir, su manera de llorar, las palabras con que empezar su
oración, la reflexión en la cual meditar y las expresiones con que terminar
dicha oración. Es, pues muy conveniente valerse de estas palabras para grabar
en nuestra memoria todas estas realidades.
Porque todas las demás palabras que podamos decir,
bien sea antes de la oración para excitar nuestro amor y adquirir conciencia
clara de lo que vamos a pedir, bien sea en la misma oración para acrecentar su
intensidad, no dicen otra cosa que lo que ya se contiene en la oración
dominical, si hacemos la oración de modo conveniente. Y quien en la oración
dice algo que no puede referirse a esta oración evangélica, si no ora
ilícitamente, por lo menos hay que decir que ora de una manera carnal. Aunque
no sé hasta qué punto puede llamarse lícita una tal oración, pues a los
renacidos en el Espíritu solamente les conviene orar con una oración espiritual.
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