Después
de habernos despojado de todo el peso y del equipaje que nos distraía, corramos
también nosotros con firmeza y constancia la carrera para nosotros preparada.
Llevemos los ojos fijos en Jesús, caudillo y consumador de la Fe, quien para
ganar el gozo que se le ofrecía, sufrió con toda constancia la cruz, pasando
por encima de ignominia; y está sentado a la diestra del trono de Dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario