Espíritu Santo, por intercesión de la
Santa Virgen María, te pido que sanes mi mente de la irreflexión, de la
ignorancia, de los olvidos, los prejuicios, los errores; y engendra en todo mi
ser la sabiduría.
Sana mi corazón de la indiferencia, la
desconfianza, las malas inclinaciones, las pasiones, los sentimentalismos; y
engendra en mi los gustos, sentimientos e inclinaciones que agraden a Jesús.
Sana mi voluntad de la pereza, la
ligereza, la inconstancia, la desidia, la obstinación, los malos hábitos; y engendra
en mi las virtudes que me acerquen a mis seres queridos.
Eleva sobrenaturalmente:
Mi inteligencia, con el don del
entendimiento;
Mi saber, con el don de la sabiduría;
El conocimiento, con el don de consejo;
La justicia, con el don de la piedad;
La fortaleza, con el don de la fortaleza
espiritual;
Y mi templanza, con el santo temor de
Dios.
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