*Escucha: *
Y me buscaréis y
me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón. (Jeremías 23:19)
*Piensa: *
Un pobre anciano
necesitaba unas gafas y no podía comprarlas. Entonces se dedicó a pedirlas a
Dios en oración.
Cierto día, yendo
por la calle, al final del día, chocó con un caballero quien le dijo:
– Pero… ¿Es que no
ve por dónde anda?
– Apenas, señor… y
perdónenme. Es que necesito unas gafas, pero no puedo comprarlas – contestó el
anciano como hablando consigo mismo.
El caballero,
tomándole por el brazo, le contestó:
– ¿De verdad? Pues
ahora mismo acabo de oír la voz de Dios ordenándome que vayamos los dos a
comprar unas.
Dios nunca dejará
de responder nuestras oraciones, quizás no lo haga de la forma que
esperamos y su respuesta venga de personas que ni conocemos, pero sin duda
alguna va a responder, igual que lo hizo con el profeta Elías, quien fue
alimentado por cuervos en el arroyo de Querit.
No te preocupes
tanto por la forma en la que Dios responderá, no te desgastes en eso y confía
en que lo Él hará.
No permitas que
los problemas te cieguen o te roben la paz, Nuestro Padre tiene una respuesta
perfecta para suplir tu necesidad y llegará de la forma y en el
momento que menos lo esperes, pero nunca tarde, sino dentro de sus tiempos y en
su propósito de bien para tu vida.
*Ora: *
Señor, te pido
serenidad para dejar mis oraciones a la voluntad de tus tiempos y propósitos.
Cultiva en mí el don de la paciencia para esperar por Tí, sabiendo que sólo tu
mano restauradora traerá paz a mi alma y engrandecerá cada día
la perseverancia de mi fe. *Amén. *
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