martes, 24 de octubre de 2017

ESCUCHA

*Escucha: *
Pero tú aumentarás mis fuerzas como las del búfalo; Seré ungido con aceite fresco. (Salmos 92:10)

*Piensa: *
Tenemos el ejemplo de dos animales con una capacidad extraordinaria. El búfalo saca fuerzas cuando se siente acorralado. Su mayor energía se despliega cuando está en problemas. Es el enemigo número uno de los leones y el único que puede darle pelea porque tiene mucha fuerza. Si no encuentra comida puede recorrer kilómetros nadando, aunque es un animal de 1500 libras con pezuñas y sin aletas. Pero cuando tiene hambre, no mide riesgos para encontrar alimento. Pelea y busca, es capaz de cargar casi el doble de su peso. En Asia se le conoce como el tractor del oriente porque puede cargar grandes cantidades de peso y es difícil que pare.
Esta característica me llamó la atención porque nos son como los burros que, empecinados, nadie los hace caminar. Por el contrario, al búfalo no le gusta detenerse, por eso le ponen un yugo que lo obliga a parar. Tomemos este ejemplo para que tu energía venga como consecuencia de seguir trabajando. Si quieres renovar tus fuerzas emocionales, no pares. Es diferente a renovar las fuerzas físicas que requieren descanso.
Imagina que Pedro hubiera decidido detenerse y no pedir ayuda, seguramente se hunde, pero Jesús dice “venid a mi todos los que están cansados”. Debemos ir donde Él está. Dios puede renovar las fuerzas de nuestra alma y decirnos que extendamos las alas porque Él nos levantará. No se vale renunciar y dejar la tarea sin concluir.
*Ora: *

Señor, confío en que, en este momento, Tú estás rompiendo con todas esas cadenas que me tienen atado a la desesperanza, y aunque camine por sendas oscuras, ya no vacilare ni temeré, porque tu fuerza y tu poder están conmigo y me infundes confianza. *Amén*

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