¿Por qué te confundes y te agitas ante
los problemas de la vida?
Déjame el cuidado de todas las cosas y
todo te irá mejor. Cuando te abandones en mí todo se resolverá con tranquilidad
según mis designios. No te desesperes, no me dirijas una oración agitada, como
si quisieras exigirme el cumplimiento de tus deseos. Cierra los ojos del Alma y
dime con calma: JESÚS, YO CONFIO EN TI.
Evita las preocupaciones y angustias y
los pensamientos sobre lo que pueda suceder después. No estropees mis planes,
queriéndome imponer tus ideas. Déjame ser DIOS y actuar con libertad.
Abandónate confiadamente en mí. Reposa en mí y deja en mis manos tu futuro.
Dime frecuentemente: JESÚS, YO CONFIO EN TI. Lo que más daño te hace es tu
razonamiento y tus propias ideas y querer resolver las cosas a tu manera.
Cuando me dices: JESÚS, YO CONFIO EN TI, no seas como el paciente que le pide
al médico que lo cure, pero le sugiere el modo de hacerlo. Déjate llevar en mis
brazos divinos, no tengas miedo. YO TE AMO.
Si crees que las cosas empeoraron o se
complican a pesar de tu oración, sigue confiando. Cierras los ojos del alma y
confía. Continúa diciéndome a toda hora: JESÚS, YO CONFIO EN TI. Necesito las
manos libres para poder obrar. No me ates con tus preocupaciones inútiles,
Satanás quiere eso: agitarte, angustiarte, quitarte la Paz. Confía sólo en MÍ,
abandonándote en MÍ. Así que no te preocupes, echa en MÍ todas tus angustias y
duerme tranquilamente. Dime siempre: JESÚS, YO CONFIO EN TI.
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