A UN DIOS, CON LOS BRAZOS ABIERTOS PARA RECIBIR A TODO EL QUE QUIERA ACERCARSE Y SEGUIR SU CAMINO.
A UN DIOS, CON EL CORAZÓN ABIERTO PARA NO PREGUNTAR NADA Y ACEPTARNOS TAL Y COMO SOMOS, DARNOS SU AMOR, MISERICORDIA Y PERDON.
A UN DIOS CLAVADO EN AMBOS PIES, SIGNIFICANDO QUE NO SE MOVERA, PARA ESPERARNOS SIEMPRE.
A UN DIOS CON LA CABEZA BAJA Y OJOS CERRADOS, PORQUE NO TIENE DISTINGO EN QUIEN SE ACERQUE EN BUSCA DE SU AYUDA Y AMOR.
A UN DIOS CON UN CORONA DE ESPINAS, RATIFICANDO QUE EL YA SUFRIO POR NUESTROS PECADOS.
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