En el escribió la siguiente oración:
Señor y Dios mío, enseña a mi corazón,
donde y como buscarte,
donde y como encontrarte...
Tu eres mí Dios y mi Señor,
y jamás te he visto.
Me has creado y recreado,
y has investido en mí
todo lo bueno que poseo,
y aun así, no te conozco....
Aun no he cumplido
aquello para lo cual me creaste.....
Enseñame a buscarte,
porque no puedo buscarte a menos que me enseñes
o encontrarte a menos de que te manifiestes.
Permíteme buscarte en mis deseos,
permíteme desearte en mi búsqueda.
Permíteme encontrarte al amarte,
y déjame amarte cuando te encuentre.
Dios es un suspiro indescriptible que vive
en las profundidades de mi corazón.
Sebastían Franck
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