El resfrío "chorrea"
cuando el cuerpo no llora.
El dolor de garganta
"tapona" cuando no es posible comunicar las aflicciones.
El estómago arde cuando las
rabias no consiguen salir.
La diabetes invade cuando la
soledad duele.
El cuerpo engorda cuando la
insatisfacción aprieta.
El dolor de cabeza deprime cuando
las dudas aumentan.
El corazón afloja cuando el
sentido de la vida parece terminar.
La alergia aparece cuando el
perfeccionismo está intolerable.
Las uñas se quiebran cuando las
defensas están amenazadas.
El pecho aprieta cuando el
orgullo esclaviza.
La presión sube cuando el miedo
aprisiona.
Las neurosis paralizan cuando el
niño interior tiraniza.
La fiebre calienta cuando las
defensas explotan las fronteras de la inmunidad.
Y tus dolores callados...? Cómo hablan ellos en tu cuerpo?
Pero cuidado... elige qué hablar,
con quién, donde, cuando y como!!!
Elige alguien que te pueda ayudar
a organizar las ideas, armonizar las sensaciones y recuperar la alegría.
Todos precisan saludablemente de
un oyente interesado.
Pero todo depende,
principalmente, de nuestro esfuerzo personal para hacer que sucedan mudanzas en
nuestra vida!!!
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