TRES PALABRAS
En todo momento del año, heme aquí, Señor, en el
silencio y en el recogimiento para decirte GRACIAS, para solicitarte AYUDA y
para implorarte PERDON.
GRACIAS
Señor,
por la paz, por la alegría, por la unión que los hombres, mis hermanos, me han
brindado; por esos ojos que con ternura me miraron, por esa mano oportuna que
me levantó, por esos labios cuyas palabras y sonrisa me alentaron, por esos
oídos que me escucharon, por ese corazón que amistad, cariño y amor me dio.
GRACIAS,
Señor, también por el éxito que me estimuló, por el saludo que me sostuvo, por
la comodidad y la diversión que me descansaron.
GRACIAS,
Señor… me cuesta trabajo decirlo… por la enfermedad, por el fracaso, por la
desilusión, por el insulto, por el engaño, por la injusticia, por la soledad,
por el fallecimiento del ser querido…
Tú
sabes Señor, qué difícil fue aceptarlo; quizá estuve al punto de la
desesperación, pero ahora me doy cuenta que todo esto me acercó más a Ti ¡Tú
sabes lo que hiciste¡
GRACIAS,
Señor, sobre todo por la fe en Ti, que me has dado. Por esa fe que se tambaleó,
pero que Tú nunca dejaste de fortalecer, cuando tantas veces encorvado bajo el
peso del desánimo, me hizo caminar por el sendero de la verdad a pesar de la
obscuridad t de la incertidumbre.
AYUDA
He
venido también a implorarte AYUDA para continuar adelante. Tú conoces el preocupante deterioro social, religioso y económico que
por alejarnos de Ti, hemos dado a este mundo que Tú nos has regalado. Lo que el
futuro me depara, lo desconozco, Señor. Vivir en la incertidumbre, en la duda,
no me gusta, me molesta, me hace sufrir. Pero sé que Tú siempre me ayudarás. Yo
te puedo dar la espalda. Soy libre. Tú nunca me la darás. Eres fiel. Yo sé que
contaré con tu ayuda. Tú sabes que no siempre cooperaré. Yo sé que me tenderás
la mano. Tú sabes que no siempre la tomaré. Por eso, hoy te pido que me ayudes
a ayudar, que llenes mi vida de esperanza, de amor y de generosidad. Que me
ayudes, Señor, a ser firme y decidido en el aprecio, la defensa y el respeto
sagrado que a la vida corresponde porque sólo a Ti pertenece. Ayúdame Señor, a
ser promotor auténtico de unidad, de amor, de reconciliación y de FE en mi
propia familia. No abandones la obra de tus manos, Señor…
PERDON
No
podría retirarme sin pronunciar esa palabra que tantas veces te debería de
haber dicho, pero por negligencia y orgullo he callado.
PERDON
Señor, por mis negligencias, descuidos y olvidos, por mi orgullo y vanidad, por
mi necedad y capricho, por mi excesiva locuacidad.
PERDON
Señor, por prejuzgar a mis hermanos, por mi falta de alegría y entusiasmo, por
mi falta de fe y confianza en Ti, por mi cobardía y negligencia en mis
compromisos.
PERDON,
porque he sido perdonado y no he sabido perdonar. Perdón por mi hipocresía y
doblez, por esa apariencia que con tanto esmero cuido pero sé que en el fondo
no es más que engaño a mí mismo.
PERDON
por mis labios que no sonrieron, por la palabra que callé, por la mano que no
tendí, por la mirada que desvié, por los oídos que no presté, por la verdad que
omití, por el corazón que no amó… por el YO que prefirió.
SEÑOR,
no te he dicho todo. Llena con tu amor mi silencio y cobardía.
GRACIAS
por todos los que no te dan gracias. AYUDA
a todos los que no imploran tu ayuda. PERDON
por todos los que no te piden perdón.
Me has escuchado
Señor… ahora, YO te escucho.......
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