EL CAMINO PARA LLEGAR A LA VIDA ETERNA
Cristo en persona es el camino, por esto dice: Yo soy
el camino. Lo cual tiene una explicación muy verdadera, ya que por medio de él
tenemos acceso al Padre.
Mas, como este camino no dista de su término, sino que
está unido a él y añade: La verdad y la vida; y, así, él mismo es a la vez
camino y su término. Es el camino según su humanidad, el término, según su
divinidad. En este sentido, en cuanto hombre, dice: Yo soy el camino; en cuanto
Dios, añade: La verdad y la vida, dos expresiones que indican adecuadamente el
término de este camino.
Efectivamente, el término de este camino es la
satisfacción del deseo humano, y el hombre desea principalmente dos cosas: en
primer lugar, el conocimiento de la verdad, lo cual es algo específico suyo; en
segundo lugar, la prolongación de su existencia, lo cual le es común con los
demás seres. Ahora bien, Cristo es el camino, llegar al conocimiento de la
verdad, con todo y que él mismo en persona es la verdad: Enséñame, Señor, tu
camino para llegar a la vida, con todo y que él mismo en persona es la vida: Me
enseñarás el sendero de la vida.
Por esto el evangelista identifica el término de este
camino con las nociones verdad y vida, que ya antes ha aplicado a Cristo. En
primer lugar, afirma que él es la vida; en segundo lugar, afirma que es la
verdad, cuando dice que era la luz para los hombres, ya que luz y verdad
significan lo mismo.
Si buscas, pues, por donde has de ir, acoge en ti a
Cristo, porque él es el camino: Éste es el camino, caminad por él. Y San
Agustín dice: Camina a través del hombre y llegarás a Dios. Es mejor andar por
el camino, aunque sea cojeando, que rápidamente fuera del camino. Porque el que
va cojeando por el camino, aunque adelante poco, se va acercando al término;
pero el que anda fuera del camino, cuanto más corre, tanto más se va alejando
del término.
Si buscas a dónde has de ir, adhiérete a Cristo,
porque él es la verdad a la que deseamos llegar: Mi paladar repasa la verdad.
Si buscas dónde has de quedarte, adhiérete a Cristo porque él es la vida: quien
me alcanza encuentra la vida y obtiene el favor del Señor.
Adhiérete, pues, a Cristo, si quieres vivir seguro; es
imposible que te desvíes, porque él es el camino. Por esto, los que a él se
adhieren no van descaminados, sino que van por el camino recto. Tampoco pueden
verse engañados, ya que él es la verdad y enseña la verdad completa, pues dice:
Yo para esto nací y para esto vine al mundo: para declarar, como testigo, en
favor de la verdad. Tampoco pueden verse decepcionados, ya que él es la vida y
dador de vida, tal como dice: Yo he venido para que tengan vida, y que la
tengan en abundancia.
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