Todos pasamos por
temporadas de decepción o dificultades. Todos tenemos recaídas inesperadas. Tal
vez estás pasando ahora mismo por algo que no comprendes. Pero aquí están las
buenas noticias: esa decepción no es el capítulo final de tu vida. Dios jamás
termina en algo negativo. Si estás decidido a seguir adelante con tu vida en
Él, Dios te promete que va a darte un final próspero. No un final de derrota,
ni de bancarrota, ni de traición, ni un final de “casi lo consigo". No, en
tu futuro, Dios tiene un final de victoria.
Ese contratiempo,
desilusión o traición que parece que está luchando contra ti, Dios sabe cómo
darle la vuelta y hacer que las cosas funcionen a tu favor. La clave es que
cuando estés en tiempos difíciles, no te quedes en donde estás. No eches raíces
en ese problema y pienses que las cosas nunca van a cambiar. No, para cada
contratiempo, Dios ya ha establecido un regreso hacia el camino que debes
seguir. Para cada injusticia, Él tiene la vindicación. Para cada decepción, Él
tiene restauración. Lo que debes de hacer ahorita es empezar a dar gracias por
lo que Dios está por hacer. Alaba al Señor por su fidelidad. ¡Regocíjate porque
Dios tiene un plan para llevarte a un final próspero!
Padre, gracias por
tu bondad y fidelidad en mi vida. Decido entregarte mis preocupaciones. Hoy
decido confiar en ti, aunque no entienda la situación. Decido creer que Tú
tienes un gran plan y me vas a llevar hacia un camino de prosperidad en el
nombre de Jesús. Amén.
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