jueves, 25 de junio de 2015

HISTORIAS CORTAS 4




Con el fin de buscar un sucesor, un rey que no tenía herederos hizo un llamado para invitar a jóvenes cualificados para una entrevista. Un muchacho muy pobre sintió un llamado interno que lo empujaba a presentarse. Trabajo día y noche para comprar las provisiones para el viaje y ropa para la entrevista. Luego de muchas semanas de viaje se presentó en el palacio del rey. Sentado frente a la entrada del palacio estaba un pordiosero con una ropa muy raída que le dijo: “Ayúdame, hijo”. Lleno de compasión, el joven le dio al mendigo su ropa nueva y el dinero que había ahorrado para su viaje de regreso. Luego, con el corazón temeroso, entró al palacio. Cuando la escolta lo acercó al trono, el joven recibió una gran sorpresa. Allí, sentado en el trono, estaba el pordiosero vistiendo las ropas que el joven le acababa de dar. El rey sonrió y le dijo: “Bienvenido, hijo”.

En el ejercicio de meditación de San Ignacio llamado “Tres Clases de Personas”, se describen a tres grupos de personas. Cada grupo desea seguir a Jesús fielmente, pero cada uno está aferrado a algo que le  impide cumplir con su cometido. Al primer grupo lo llamaremos los “soñadores”. Como están apegados, no hacen nada al respecto. Al segundo grupo, los podemos llamar “evasivos”. Están muy apegados, deciden sólo llegar a la mitad del camino. Rezan todos los días para que esto no les impida seguir a Jesús. Al tercer grupo le podemos llamar los “hacedores”. Ellos también tienen un apego, pero a diferencia de los dos primeros grupos, deciden hacer lo que sea necesario para liberarse de ese apego.


El gran violinista estadounidense Fritz Kreisler dijo: ”Yo nací con la música dentro de mi cuerpo. Esto fue un regalo de Dios. Yo no lo conseguí. Así que ni siquiera merezco que agradezcan mi música. La música es sagrada y no debe venderse. Los precios exorbitantes que cobran los músicos celebres de hoy es realmente un crimen en contra de la sociedad. Yo nunca veo el dinero ganado como si fuera mío, este es un dinero público. Son sólo unos fondos que han sido confiados a mí para desembolso justo. Mi querida esposa piensa igual que yo… En todos estos años de mi llamado éxito en el campo de la música, no nos hemos construido una casa. Entre la casa y nosotros están todas las personas desamparadas del mundo”.

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