miércoles, 28 de diciembre de 2016

DESEO DE CONTEMPLAR A DIOS

Deja un momento tus ocupaciones habituales, hombre insignificante, entra un instante en ti mismo, apartándote del tumulto de tus pensamientos. Arroja lejos de ti las preocupaciones agobiantes y aparte de ti las inquietudes que te oprimen. Reposa en Dios un momento, descansa siquiera un momento en él.

Entra en la más profundo de tu alma, aparta de ti todo, excepto Dios y lo que puede ayudarte a alcanzarlo; cierra la puerta de tu habitación y búscalo en el silencio. De ti con todas tus fuerzas, di al Señor: Busco tu rostro; tu rostro busco, Señor.

Y ahora, Señor y Dios mío, enséñame dónde y cómo tengo que buscarte, dónde y cómo te encontraré.

Si no estás en mí, Señor, si estás ausente, ¿dónde te buscaré? Si estás en todas partes, ¿por qué no te veo aquí presente? Es cierto que tú habitas en una luz inaccesible, ¿pero dónde está esa luz inaccesible?, ¿cómo me aproximaré a ella?, ¿quién me guiará y me introducirá en esa luz para que en ella te contemple? ¿Bajo qué signos, bajo qué aspecto te buscaré? Nunca te he visto, Señor y Dios mío, no conozco tu rostro.

Dios altísimo, ¿qué hará este desterrado, lejos de ti?, ¿ qué hará este servidor tuyo, sediento de tu amor, que se encuentra alejado de ti? Desea verte y tu rostro está muy lejos de él. Anhela acercarse a ti y tu morada es inaccesible. Arde en deseos de encontrarte e ignora dónde vives. No suspira más que por ti y jamás ha visto tu rostro.

Señor, tú eres mi Dios, tú eres mi Señor y nunca te he visto. Tú me creaste y me redimiste, tú me has dado todos los bienes que poseo, y aún no te conozco. He sido creado para verte, y todavía no he podido alcanzar el fin para el cual fui creado.

Y tú, Señor, ¿hasta cuándo nos olvidarás, hasta cuándo dejarás de apartar tu rostro? ¿Cuándo volverás tu mirada hacia nosotros? ¿Cuándo nos escucharás? ¿Cuándo iluminarás nuestros ojos y nos mostrarás tu rostro? ¿Cuándo accederás a nuestros deseos?

Míranos, Señor, escúchanos, ilumínanos, muéstrate a nosotros. Colma nuestros deseos y seremos felices; sin ti todo es hastío y tristeza. Ten piedad de nuestros trabajos y de los esfuerzos que hacemos por llegar hasta ti, ya que sin ti nada podemos.


Enséñame a buscarte, muéstrame tu rostro, porque si tú no me lo enseñas no puedo buscarte. No puedo encontrarte si tú no te haces presente. Te buscaré deseándote, te desearé buscándote; amándoté te encontraré, encontrándote te amaré.

HIMNO XXV

Te diré mi amor, Rey mío,
en la quietud de la tarde,
cuando se cierran los ojos
 y los corazones se abren.

Te diré mi amor, Rey mío,
con una mirada suave,
te lo diré contemplando
tu cuerpo que en pajas yace.

Te diré mi amor, Rey mío,
adorándole en la carne,
te lo diré con mis besos,
quizá con gotas de sangre.

Te diré mi amor, Rey mío,
con los hombres y los ángeles,
con el aliento del cielo
que espiran los animales.

Te diré mi amor, Rey mío,
con el amor de tu Madre,
con los labios de tu Esposa
y con la fe de tus mártires.

Te diré mi amor, Rey mío,
¡oh Dios del amor más grande!

¡Bendito en la Trinidad, que has venido a nuestro valle! Amén.

DEJEMOS LAS COSAS EN MANOS DE DIOS


PAPA FRANCISCO, MENSAJE

"Puedes tener defectos, estar ansioso y vivir irritado algunas veces, pero no te olvides que tu vida es la mayor empresa del mundo.
  
Sólo tú puedes evitar que ella vaya en decadencia.

Hay muchos que te aprecian, admiran y te quieren.

Me gustaría que recordaras que ser feliz, no es tener un cielo sin tempestades, camino sin accidentes, trabajos sin cansancio, relaciones sin decepciones.

Ser feliz es encontrar fuerza en el perdón, esperanza en las batallas, seguridad en el palco del miedo, amor en los desencuentros.

Ser feliz no es sólo valorizar la sonrisa, sino también reflexionar sobre la tristeza.

No es apenas conmemorar el éxito, sino aprender lecciones en los fracasos.

No es apenas tener alegría con los aplausos, sino tener alegría en el anonimato.

Ser feliz es reconocer que vale la pena vivir la vida, a pesar de todos los desafíos, incomprensiones, y períodos de crisis.

Ser feliz no es una fatalidad del destino, sino una conquista para quien sabe viajar para adentro de su propio ser.

Ser feliz es dejar de ser víctima de los problemas y volverse actor de la propia historia.

Es atravesar desiertos fuera de sí, mas ser capaz de encontrar un oasis en lo recóndito de nuestra alma.

Es agradecer a Dios cada mañana por el milagro de la vida.

Ser feliz es no tener miedo de los propios sentimientos.

Es saber hablar de sí mismo.
Es tener coraje para oír un "no".

Es tener seguridad para recibir una crítica, aunque sea injusta.

Es besar a los hijos, mimar a los padres, tener momentos poéticos con los amigos, aunque ellos nos hieran.

Ser feliz es dejar vivir a la criatura libre, alegre y simple, que vive dentro de cada uno de nosotros.

Es tener madurez para decir *'me equivoqué'*.
Es tener la osadía para decir *'perdóname'*.

Es tener sensibilidad para expresar *'te necesito'*.

Es tener capacidad de decir *'te amo'*.

Que tu vida se vuelva un jardín de oportunidades para ser feliz...

Que en tus primaveras seas amante de la alegría.

Que en tus inviernos seas amigo de la sabiduría.

Y que cuando te equivoques en el camino, comiences todo de nuevo.

Pues así serás más apasionado por la vida.

Y descubrirás que ser feliz no es tener una vida perfecta.
Sino usar las lágrimas para regar la tolerancia.
Usar las pérdidas para refinar la paciencia.
Usar las fallas para esculpir la serenidad.
Usar el dolor para lapidar el placer.
Usar los obstáculos para abrir las ventanas de la inteligencia.

Jamás desistas....
Jamás desistas de las personas que amas.
¡Jamás desistas de ser feliz, pues la vida es un espectáculo imperdible!"


Papa Francisco

MILAGRO A UNA MUJER

Una mujer muy enferma soñó que Jesús le dio a beber agua.

Cuando se despertó por la mañana estaba bien otra vez, en forma, bien y curada.

Ella vio un trozo de papel al lado de su mesa que decía: "Jesús es el verdadero Dios viviente".

Le dijo a la gente acerca de lo que le había sucedido a ella.

Un oficial que escucho la historia de la dama, y al instante fue promovido en el trabajo.

Otro hombre que recibió el texto elimino el mensaje de inmediato y este sufrió grandes pérdidas durante 13 días.

Verás como Jesús hará maravilla yo si lo creo porque Dios existe... ¡Amen!

"Hola soy Jesucristo, sé que casi no tienes tiempo para mí... Te Amo y te Bendigo siempre estoy contigo. Hoy quiero que este mensaje recorra todo el mundo antes de la media noche por favor no la cortes y te voy a ayudar con algo que tú estás necesitando... Amén.        
Manda este mensaje incluyéndome a mí y si no necesitas que DIOS te abra puertas, sólo bórralo...

Así como cae agua del cielo,

Así caerán en ti las más bellas Bendiciones en el nombre de Jesús
(Toma 1 min y envíalo).               ¡Repite! Jesús eres mi fuerza te amo, te necesito, sáname y sana a mi familia pásalo a 13 personas y verás 1 milagro esta

 noche!!!

lunes, 26 de diciembre de 2016

NOS SACIAREMOS CON LA VISIÓN DEL VERBO

¿Quién puede conocer los tesoros de sabiduría y ciencia ocultos en Cristo y escondidos en la pobreza de su carne? Él, siendo rico, se hizo pobre por nosotros, para que nos enriqueciéramos con su pobreza. Al asumir nuestra condición mortal, destruyendo así la muerte, se mostró en pobreza; pero con ello nos garantizó las riquezas futuras, sin perder las que había dejado.

¡Cuán grande es la bondad que ha reservado para sus fieles, y que comunica a los que esperan en él!

Ahora nuestro conocimiento es parcial, hasta que llegue lo perfecto. Para hacernos capaces de esta perfección futura, él, igual al Padre por su condición de Dios, se hizo semejante a nosotros, tomando la condición de esclavo, para restituirnos nuestra semejanza con Dios; él, Hijo único de Dios, se hizo Hijo del hombre, para convertir en hijos de Dios a todos los hijos de los hombres; tomando la condición visible de esclavo, abolió nuestra condición de esclavos, haciéndonos libres y capaces de contemplar la naturaleza de Dios.

Ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.

Aquellos tesoros de sabiduría y ciencia, aquellas riquezas divinas, son llamados así porque ellos nos bastarán. Y aquella gran bondad es llamada así porque nos saciará. Muéstranos, pues, al Padre, y eso nos bastará.

Y, en uno de los salmos, uno de nosotros, en nosotros y por nosotros, le dice al Señor: Me saciaré cuando aparezca tu gloria. Él y el Padre son una misma cosa, y el que lo ve él ve también al Padre. Por tanto, el Señor, Dios de los ejércitos, es el Rey de la gloria. Cuando se vuelva a nosotros, nos mostrará su rostro; y seremos salvados y quedaremos saciados, y eso nos bastará.

Hasta que llegue este momento, hasta que nos muestre aquello que ha de bastarnos, hasta que podamos beber y saciarnos de aquella fuente de vida que es él mismo, mientras caminamos por la vía de la fe y vivimos en el destierro, lejos de él, mientras tenemos hambre y sed de perfección y santidad y deseamos con ardor inefable contemplar la belleza de Dios, celebremos con humilde devoción su nacimiento en condición de esclavo.

No podemos aún contemplar cómo es engendrado por el Padre antes de la aurora; festejemos su nacimiento de la Virgen en plena noche. Aún no percibimos cómo su nombre es eterno y su fama dura como el sol; reconozcamos que su tienda ha sido puesta en el sol.


Aún no vemos al Unigénito que permanece en el Padre; recordemos al Esposo que sale de su alcoba. Aún no ha llegado el momento de sentarnos a la mesa de nuestro Padre; veneremos el pesebre de nuestro Señor Jesucristo.

¡OH VIRGEN, POR CUYA BENDICIÓN QUEDA BENDECIDA TODA LA NATURALEZA!

El cielo, los astros, la tierra, los ríos, el día, la noche, y todo lo que se halla sometido al poder y al servicio del hombre, se congratulan. Señora, porque, habiendo perdido su antigua nobleza, ahora han sido en cierto modo resucitados por ti y dotados de una gracia nueva e inefable.

Porque todas estas cosas estaban  como muertas, al haber perdido su congénita dignidad de servir al dominio y utilidad de los que alaban a Dios, que para eso habían sido creadas; estaban oprimidas y afeadas por el abuso de los que servían a ídolos, para los cuales no habían sido creadas. Ahora se alegran como si hubieran vuelto a la vida, porque ya vuelven a estar sometidas al dominio de los que confiesan a Dios, y embellecidas por su uso natural.

Es como si hubiesen saltado de alegría por esta gracia nueva e inapreciable, al sentir que el mismo Dios, su mismo creador, no sólo reinaba sobre ellas de un modo invisible, sino que incluso lo vieron en medio de ellas, santificándolas visiblemente con su uso. Estos bienes tan grandes provinieron a través del fruto bendito del vientre sagrado de la Virgen María.

Por tu plenitud de gracia, lo que estaba en el país de los muertos se alegra al sentirse liberado, y lo que está por encima del mundo se alegra al sentirse restaurado. En efecto, por el glorioso Hijo de tu gloriosa virginidad, todos los justos que murieron antes de la muerte vivificante de Cristo se alegran al verse libres de su cautividad, y los ángeles se congratulan por la restauración de su ciudad medio en ruinas.

¡Oh mujer llena y rebosante de gracia, con la redundancia de cuya plenitud rocías y haces reverdecer toda la creación! ¡Oh Virgen bendita y desbordante de bendiciones, por cuya bendición queda bendecida toda la naturaleza, no sólo la creatura por el Creador, sino también el Creador por la creatura!

Dios, a su Hijo, el único engendrado de su seno igual a sí, al que amaba como a sí mismo, lo dio a María; y de María se hizo un hijo, no distinto, sino el mismo, de suerte que por naturaleza fuese el mismo y único Hijo de Dios y de María. Toda la naturaleza ha sido creada por Dios, y Dios ha nacido en María. Dios lo creó todo, y María engendró a Dios. Dios, que hizo todas las cosas, se hizo a sí mismo de María; y de este modo rehízo todo lo que había hecho. El que pudo hacer todas las cosas de la nada, una vez profanadas, no quiso rehacerlas sin María.

Dios, por tanto, es padre de las cosas creadas y María es madre de las cosas recreadas. Dios es padre de toda la creación, María es madre de la universal restauración. Porque Dios engendró a aquel por quien todo fue hecho, y María dio a luz a aquel por quien todo fue salvado. Dios engendró a aquel sin el cual nada en absoluto existiría, y María dio a luz a aquel sin el cual nada sería bueno.

En verdad el Señor está contigo, ya que él ha hecho que toda la naturaleza estuviera en tan gran duda contigo y con él.

AMIGOS.....


JESÚS, HA NACIDO


A LOS AMIGOS


EL ABUELO


domingo, 25 de diciembre de 2016

SOBRE LA HUMILDAD Y LA PAZ

No te preocupes demasiado por saber quién está por ti o contra ti; busca más bien que Dios esté contigo en todo lo que haces.

Ten la conciencia tranquila y Dios te defenderá.

Ninguna maldad podrá dañar a quien Dios ayuda.

Si sabes callar y sufrir, sin duda recibirás la ayuda del Señor.

Él sabe cuándo y cómo ha de librarte, y por eso tú debes someterte a él.

Es propio de Dios ayudar y librar de toda angustia.

A veces nos es muy provechoso para conservar la humildad que los otros conozcan y reprendan nuestros defectos. Cuando el hombre se humilla por sus defectos, fácilmente apacigua a otros y sin dificultad aplaca a los que están airados contra él.

Dios protege y libra al humilde, lo ama y lo consuela; se inclina hacia el hombre humilde, le concede su gracia y, después de su abatimiento, lo eleva a la gloria.

Dios revela sus secretos al humilde y lo invita y atrae bondadosamente hacia sí.

El humilde, después de recibir una injuria, permanece en paz, porque su confianza está en Dios y no en el mundo. No pienses que has adelantado algo si no te estimas inferior a todos.

Pacifícate tú primero y después podrás pacificar a los demás.

El hombre que procura la paz es más útil que el muy letrado.

El hombre que se deja dominar por sus pasiones aun el bien lo convierte en mal y ve el mal en todo.

El hombre bueno y amante de la paz convierte todas las cosas en bien.

El que está en paz no piensa mal de nadie. En cambio, el descontento e inquieto es atormentado por muchas sospechas; ni descansa él ni deja descansar a los demás. Muchas veces dice lo que no debería decir y deja de hacer lo que sería más provechoso para él. Considera lo que otros deben hacer y descuida sus propias obligaciones.

En primer lugar, preocúpate por cumplir tus obligaciones y después con justicia podrás ocuparte de las del prójimo.

Tú sabes muy bien excusar y atenuar tus faltas y no quieres oír las disculpas de los demás.

Más justo sería que te acusaras de ti mismo y que disculparas a tu hermano.


Si quieres que los demás te soporten, sopórtalos tú primero.

SOBRE EVA Y MARIA

Cuando vino Dios visiblemente a sus creaturas y fue sostenido por esta creación que es por él mismo sostenida, expió aquella desobediencia cometida bajo un árbol, por medio de la obediencia efectuada sobre otro árbol, y destruyó así la seducción con que fue vilmente engañada aquella virgen Eva, destinada ya para un varón, con la verdad que le fue venturosamente anunciada por el ángel a la Virgen María, ya también prometida a otro varón.

Y así como Eva fue seducida por un ángel para que se alejara de Dios, desobedeciendo su palabra, así María fue notificada por otro ángel de que llevaría a Dios en su seno, si obedecía su palabra. Y como aquélla fue inducida a no obedecer a Dios, así ésta fue persuadida a obedecerlo, y de esta manera la Virgen María se convirtió en abogada de la virgen Eva.

Al renovar profundamente el Señor todas las cosas, declaró la guerra a nuestro enemigo, aplastó a aquel que en un principio nos había hecho cautivos en Adán y pisoteó su cabeza, según lo que, en el Génesis, Dios dice a la serpiente: Pongo hostilidad entre ti y la mujer, entre tu linaje y el suyo: él herirá tu cabeza cuando tú hieras su talón.

Con ello se anunciaba que aquel que debía nacer de una mujer Virgen, hecho hombre como Adán, aplastaría la cabeza de la serpiente. De esta habla el Apóstol, en la carta a los Galatas, cuando dice: La ley mosaica fue puesta por Dios hasta que viniese la descendencia a quien se habían hecho las promesas.

Más claramente aún lo demuestra, en esa misma carta, al decir: Cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer. El enemigo no hubiera sido vencido con justicia si el hombre que lo venció no hubiera nacido de una mujer, pues ya desde el comienzo se opuso al hombre, dominándolo por medio de la mujer.


Por eso el Señor afirma que él es el Hijo del hombre, el hombre por excelencia, el cual resume en sí al linaje nacido de mujer, de modo que, si nuestra especie bajó a la muerte a causa de un hombre vencido, por un hombre victorioso subamos de nuevo a la vida.

DIOS NOS OTORGA SUS PROMESAS POR MEDIO DE SU HIJO

Dios estableció el tiempo de sus promesas y la época de su cumplimiento.

El período de las promesas abarcó desde el tiempo de los profetas hasta Juan Bautista; desde éste hasta el fin es el tiempo de su cumplimiento.

Fiel es Dios, que se constituyó en nuestro deudor; no porque haya recibido algo de nosotros, sino porque nos prometió tan grandes bienes. La promesa le pareció poco; por eso quiso obligarse por escrito, firmado, por decirlo así, un documento que atestiguara sus promesas, para que, cuando comenzara a cumplir las cosas que prometió, viésemos en ese escrito en qué orden se cumplirían. El tiempo de las profecías era – como muchas veces lo he afirmado – el del anuncio de las promesas.

Prometió la salvación eterna, la vida bienaventurada y sin fin en compañía de los ángeles, la herencia imperecedera, la gloria eterna, la dulzura de la contemplación de su rostro, su templo santo en los cielos y, como consecuencia de la resurrección, la ausencia total del miedo a la muerte. Ésta es, en cierto modo, su promesa final, hacia la que tienden todos nuestros cuidados, porque una vez que la hayamos alcanzado ya no buscaremos ni exigiremos ninguna otra cosa. También manifestó en qué orden se cumplirían sus promesas y profecías hasta alcanzar ese último fin.

Prometió la divinidad a los hombres, la inmortalidad a los mortales, la justificación a los pecadores, la glorificación a creaturas despreciables.
Sin embargo, hermanos, como a los hombres les parecía increíble la promesa de Dios de sacarlos de su condición mortal – de corrupción, bajeza, debilidad, polvo y ceniza – para asemejarlos a los ángeles, no sólo firmó una alianza con los hombres para incitarlos a creer, sino que también estableció un mediador como garante de su fidelidad; y no estableció como mediador a cualquier príncipe o a un ángel o arcángel, sino a su Hijo único. Y por él nos mostró el camino que nos conduciría hacia el fin prometido.

Pero no bastó a Dios indicarnos el camino por medio de su Hijo: quiso que él mismo fuera el camino, para que, bajo su dirección, tú caminaras por él.

Por tanto, el Hijo único de Dios tenía que venir a los hombres, tenía que hacerse hombre y, subir al cielo, sentarse a la derecha del Padre y cumplir todas sus promesas en favor de las naciones. Y, después del cumplimiento de estas promesas, cumplirá también la promesa de venir otra vez para pedir cuenta de sus dones, para separar a los que se hicieron merecedores de su misericordia, para castigar a los impíos, conforme lo había amenazado, y para recompensar a los justos, según lo había prometido.


Todo esto debió ser profetizado y preanunciado para que no atemorizara a nadie si acontecía de repente, sino que, siendo objeto de nuestra fe, lo fuese también de una ardiente esperanza.

ESPERANDO LO QUE NO VEMOS

Éste es el precepto del Señor y Maestro: El que persevere hasta el fin se salvará. Y también: Si permanecéis en mi palabra, seréis verdad discípulos míos, llegaréis al conocimiento de la verdad y la verdad os librará de la esclavitud.

Es necesario, hermanos muy queridos, tener paciencia y perseverar, para que, después de haber sido admitidos a la esperanza de la verdad y de la libertad, podamos alcanzar esa misma verdad y libertad; porque el hecho de ser cristianos nos exige la fe y la esperanza; pero, para que esta fe y esta esperanza puedan obtener su fruto, nos es necesario la paciencia.

Pues nosotros no buscamos la gloria presente, sino la futura, conforme a lo que el apóstol san Pablo nos enseña, diciendo: Sólo en esperanza poseemos nuestra salvación; porque la esperanza que ve a su alcance el objeto no es esperanza. ¿Cómo puede alguien esperar lo que tiene ya a su alcance? Pero si esperamos lo que no vemos, lo aguardamos con anhelo y constancia. La esperanza y la paciencia son necesarias para llevar a buen término lo que hemos empezado, y para alcanzar lo que esperamos y creemos apoyados en la promesa divina.

Finalmente, en otro lugar el mismo Apóstol exhorta a los justos, a los que obran el bien y acumulan tesoros en el cielo que les producirán intereses en bienes divinos, a que sean perseverantes, diciendo: Así que, mientras tengamos oportunidad, hagamos e bien a todos, pero especialmente a los miembros de la Iglesia. No nos cansemos de practicar el bien; que a su tiempo cosecharemos.
Recomienda aquí que nadie, por impaciencia, deje de obrar el bien, que nadie, vencido o desanimado por las tentaciones y las dificultades, se detenga en la mitad del camino de la justificación y de la gloria, para que no pierda el mérito de las buenas acciones por no haber llevado a su fin la obra comenzada.

En otro lugar el Apóstol, al hablar de la caridad, une inseparablemente con ella la constancia y la paciencia: La caridad es comprensiva, la caridad es servicial y no tiene envidia; la caridad no presume ni se engríe; no es mal educada ni egoísta; no se irrita, no lleva cuentas del mal; disculpa sus límites. Muestra así que la caridad sólo puede subsistir si sabe soportar todas las cosas.


Y en otro lugar dice: Sobrellevemos mutuamente con amor; esforzaos por mantener la unidad del Espíritu, con el vínculo de la paz. De esta manera demuestra que es imposible mantener la unión y la paz si los hermanos no se toleran mutuamente y si no conservan al vínculo de la unión fraterna mediante la virtud de la paciencia.

HIMNO XXIV

Ya muy cercano, Emmanuel,
hoy te presiente Israel,
que en triste exilio vive ahora
y redención de ti implora.

Ven ya, del cielo resplandor,
Sabiduría del Señor,
pues con tu luz,
que el mundo ansía,
nos llegará nueva alegría.

Llegando estás,
Dios y Señor, del Sinaí legislador,
que la ley santa promulgaste
y tu poder allí mostraste.

Ven, Vara santa de Jesé,
contigo el pueblo a lo que fue
volver espera, pues aún gime
bajo el cruel yugo que lo oprime.

Ven, Llave de David, que al fin
el cielo abriste al hombre ruin,
que hoy puede andar, libre su vía,
con la esperanza del gran día.

Aurora tú eres que, al nacer,
nos traes nuevo amanecer,
y, con tu luz, viva
esperanza el corazón del hombre alcanza.
Rey de la gloria, tu poder
al enemigo ha de vencer,
y, al ayudar nuestra flaqueza,

se manifiesta tu grandeza.  Amén.

viernes, 16 de diciembre de 2016

PRINCIPIO DEL VACIO


PRINCIPIO DEL VACÍO (Joseph Newton).



Usted tiene el hábito de juntar objetos inútiles en este momento, creyendo que un día (no sabe cuándo) podrá precisar de ellos.



Usted tiene el hábito de juntar dinero sólo para no gastarlo, pues piensa que en el futuro podrá hacer falta.



Usted tiene hábito de guardar ropa, zapatos, muebles, utensilios domésticos y otras cosas del hogar que ya no usa hace bastante tiempo.

Usted tiene el hábito de guardar resentimientos, tristezas, miedos, entre otras más.



No haga eso.



Es anti-prosperidad.



Es preciso crear un espacio, un vacío, para que las cosas nuevas lleguen a su vida.



Es preciso eliminar lo que es inútil en usted y en su vida, para que la prosperidad venga.



Es la fuerza de ese vacío que absorberá y atraerá todo lo que usted desea.



Mientras usted está cargando cosas viejas e inútiles, material o emocionalmente, no habrá espacio abierto para nuevas oportunidades.



Los bienes precisan circular.



Limpie los cajones, los armarios, el cuarto del fondo, el garaje.



Dé lo que usted ya no usa.



La actitud de guardar un montón de cosas inútiles amarra su vida. No son los objetos guardados que estancan su vida, sino el significado de la actitud de guardar.



Cuando se guarda, se considera la posibilidad de falta, de carencia. Es creer que mañana podrá faltar, y usted no tendrá medios de proveer sus necesidades.



Con esa postura, usted está enviando dos mensajes para su cerebro y para su vida:



1º Usted no confía en el mañana.



2º Usted cree que lo nuevo y lo mejor NO son para usted, ya que se alegra con guardar cosas viejas e inútiles.



Deshágase de lo que perdió el color y el brillo y deje entrar lo nuevo en su casa... y dentro de sí mismo.



Después de leer esto, tampoco lo guarde, mándelo a otros y que fluya la energía...



Aprendamos de la naturaleza que todo lo circula...! Eso se llama tener mentalidad de Abundancia.



HOY es un buen día para empezar a limpiar la mente, la casa, el cuerpo.



Por qué dejamos todo para Después...??? Después te llamo. Después lo hago. Después lo digo.



Después yo cambio.

Dejamos todo para Después, como si el Después fuese lo mejor.



Por qué no entendemos que... Después el café se enfría, Después la prioridad cambia, Después el encanto se pierde, Después temprano se convierte en tarde, Después la añoranza pasa, Después las cosas cambian, Después los hijos crecen, Después la gente envejece, Después el día es noche, Después la vida se acaba.



No dejes nada para Después, porque en la espera del Después, tú puedes perder los mejores momentos, las mejores experiencias, los mejores amigos, los mayores amores, y todas las bendiciones que Dios tiene para ti.



Acuérdate que el Después puede ser tarde.



El día es hoy.



YA NO ESTAMOS EN EDAD DE POSPONER NADA.

HAY TRES COSAS EN LA VIDA........


Hay tres cosas en la vida que una vez que pasan, nunca regresan:

- El tiempo

- Las palabras

- Las oportunidades



Hay tres cosas en la vida que pueden destruir a una persona:

- El enojo

- El orgullo

- El odio



Hay tres cosas en la vida que usted nunca debe perder:

- La fe

- El amor

- La esperanza



Hay tres cosas en la vida de mayor valor:

- La humildad

- La sinceridad

- La amistad



Hay tres cosas en la vida que forman a una persona:

- El respeto

- El compromiso

- Los valores



Hay tres personas que te aman, asi no lo entiendas y nunca te dejaran solo:

- El Padre

- El Hijo y

- El espíritu santo



Le pido a Dios tres cosas para Ti:

• Que Te Bendiga

• Que Te Guíe

• Y Te Proteja


Envíaselo a todas las personas que quieras que Dios le de esas

martes, 13 de diciembre de 2016

HIMNO XXIII - VIRGEN MARIA GUADALUPE

Como a Belén llegaste a dar a luz al Hijo,
del Padre la sustancia, de tu carne vestido,
al Tepeyac desciendes por engendrar al indio
al amor de una patria y a la fe en Jesucristo.

A prueba de unas rosas nacidas del invierno,
tú pediste que se erija en la colina un templo;
de tu vientre nos naces a doble alumbramiento,
flor de patria mestiza y fruto de Evangelio.

Diego cree que en su ayate va una carga de rosas,
que a vista del obispo como argumento arroja;
sólo una Rosa impresa en tez morena asoma,
a pinceles pintada por Quien pintó la aurora.

Danos la paz y el trigo, Señora y Niña nuestra,
una patria que sume hogar, templo y escuela,
un pan que alcance a todos y una fe que se encienda

por tus manos unidas, por tus ojos de estrella. Amén.