Luz
mensajera de gozo,
hermosura
de la tarde,
llama
de la santa gloria,
Jesús,
luz de los mortales.
Te
saludamos, Señor,
oh
luz del mundo que traes
en
tu rostro sin pecado
pura
la divina imagen.
Cuando
el día se oscurece,
buscando
la luz amable
nuestras
miradas te siguen
a
ti, lumbre inapagable.
Salve,
Cristo venturoso,
Hijo
y Verbo en nuestra carne,
brilla
en tu frente el Espíritu,
das
el corazón del Padre.
Es
justo juntar las voces
en
el descanso del viaje,
y
el himno del universo
a
ti, Dios nuestro, catarte.
Oh
Cristo que glorificas
con
tu vida nuestra sangre,
acepta
la sinfonía
de
nuestras voces filiales. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario