Cruz preciosa,
inmerecida:
a los hombres
diste vida.
Un dolor
en el madero;
y a los hombres
un Cordero.
Sangre roja
del combate;
y para el hombre
el rescate.
Tu victoria
es nuestra vida,
por la sangre
de tu herida.
Nuestra vida
es tu muerte
¡y para el hombre
qué suerte! Amén
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