Dice un cuento israelita que:
"Un joven fue a visitar a un sabio consejero y le contó sobre las dudas que tenía acerca de sus sentimientos por su FAMILIA. El sabio lo escuchó, lo miró a los ojos y le dijo sólo una cosa:
- Amala.
¡Y luego se calló!
El muchacho dijo:
- Pero, todavía tengo las dudas ...
- ¡Amala, le dijo de nuevo el sabio!
Y, ante el desconsuelo del joven, después de un breve silencio, le dijo lo siguiente:
- ¡Mi hijo, amar es una decisión, no un sentimiento!
Amar es dedicación y entrega; ¡Amar es un verbo y el fruto de esa acción es el amor!
¡El amor es un ejercicio de jardinería!
Arranque lo que hace mal, prepare el terreno, siembra, sea paciente, riegue y cuide.
Esté preparado porque habrá plagas, sequías o excesos de lluvias, pero no por eso abandone su jardín.
Ame, es decir, acepte, valorice, respete, dé afecto, ternura, admire y comprenda.
¡Simplemente Ame!!!
¿Sabes por qué?
Porque la inteligencia, sin amor, te hace perverso;
La justicia, sin amor, te hace implacable;
La diplomacia, sin amor, te hace hipócrita;
El éxito, sin amor, te hace arrogante;
La riqueza, sin amor, te hace avaricioso;
La docilidad, sin amor, te hace servil;
La pobreza, sin amor, te hace orgulloso; La belleza, sin amor, te hace ridículo;
La autoridad, sin amor, te hace tirano;
El trabajo, sin amor, te hace esclavo;
La simplicidad, sin amor, te desprecia;
La política, sin amor, te deja egoísta;
Y LA VIDA SIN AMOR, NO TIENE SENTIDO.
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