*Escucha: *
Abrió, pues, Esdras el libro a ojos de todo el pueblo,
porque estaba más alto que todo el pueblo; y cuando lo abrió, todo el pueblo
estuvo atento. Bendijo entonces Esdras a Jehová, Dios grande. Y todo el pueblo
respondió: !!Amén! !!Amén! alzando sus manos; y se humillaron y adoraron a
Jehová inclinados a tierra (Nehemías 8:5-6)
*Piensa: *
Muchas personas, dan como es natural, mayor
importancia a las necesidades físicas, por ser ellas las que podemos reconocer
con mayor facilidad. Sin embargo, existen necesidades espirituales que son tan
o más importantes que las físicas y que a veces olvidamos satisfacer.
En las escrituras de hoy los israelitas que regresaban
del exilio en Babilonia, a pesar de no padecer entre ellos, de hambre o
enfermedades, sentían vacío su espíritu, al reconocerse alejados de los caminos
de Dios.
Debido a ello, el maestro Nehemías organizó un
seminario bíblico donde Esdras fue el maestro.
Esdras leyó del libro de la ley de Moisés desde el
amanecer hasta el mediodía, para alimentar al pueblo con la verdad de Dios
(Nehemías 8:3), y todos escucharon atentamente. Tal fue la experiencia, que su
apetito por la Palabra de Dios se despertó, hasta el punto de que las
autoridades, sacerdotes y levitas, concertaron reunirse con Esdras al día
siguiente para estudiar la ley y entenderla mejor. (Nehemías 8:13)
Cuando reconocemos nuestras necesidades espirituales y
hallamos que en base a ellas nos encontramos débiles, podemos como los
israelitas, hallar el alimento que nos restablece, en la Palabra de Dios. Como
dictan las escrituras: “Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual
no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación” (1 Pedro 2:2).
Pídele al Señor que renueve tu deseo de tener comunión con Él, y empieza a
alimentar tu corazón, alma y mente en su Palabra.
*Ora: *
Señor, Dame la sabiduría para reconocer cuando mi
espíritu se encuentre debilitado, de manera que pueda volver a Tu palabra y
hallar en ella, la paz y regocijo que mi alma necesita. Si me alejo de tus
caminos, concédeme el discernimiento para volver a Él, sabiendo que sólo junto
a Ti puedo caminar con gozo y fuerza. *Amén. *
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