domingo, 27 de noviembre de 2016

EL SEÑOR VIENE DETRÁS DE SUS PREDICADORES

Nuestro Señor y Salvador, hermanos muy amados, nos enseña unas veces con sus palabras, otras con sus obras. Sus hechos, en efecto, son normas de conducta, ya que con ellos nos da a entender tácitamente lo que debemos hacer. Manda a sus discípulos a predicar de dos en dos, ya que es doble el precepto de la caridad, a saber, el amor de Dios y del prójimo.

El Señor envía a los discípulos a predicar de dos en dos y con ello nos indica sin palabras que el que no tiene caridad para con los demás no puede aceptar, en modo alguno, el ministerio de la predicación.

Con razón se dice que los envió delante de sí por todas las aldeas y lugares que iba a visitar. En efecto, el Señor viene detrás de sus predicadores, ya que, habiendo precedido la predicación, viene entonces el Señor a la morada de nuestro interior, cuando ésta ha sido preparada por las palabras de exhortación, que han abierto nuestro espíritu a la verdad. En este sentido dice Isaías a los predicadores: Preparad el camino del Señor; enderezad las sendas para nuestro Dios. Por esto les dice también el salmista: Alfombrad el camino del que sube sobre el ocaso. Sobre el ocaso, en efecto, sube el Señor, ya que el declive de su pasión fue precisamente cuando, por su resurrección, puso más plenamente de manifiesto su gloria. Sube sobre el ocaso, porque, con su resurrección pisoteó la muerte que había sufrido. Por esto nosotros alfombramos el camino del que sube sobre el ocaso cuando os anunciamos su gloria, para que él, viniendo a continuación, os ilumine con su presencia amorosa.

Escuchemos lo que dice el Señor a los predicadores que envía a sus campos: La mies es mucha, pero los operarios son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que envíe trabajadores a su mies. Por tanto, para una mies abundante son pocos los trabajadores; al escuchar esto, no podemos dejar de sentir una gran tristeza, porque hay que reconocer que, si bien hay personas que desean escuchar cosas buenas, faltan, en cambio, quienes se dediquen a anunciarlas. Mirad cómo el mundo ésta lleno de sacerdotes, y, sin embargo, es muy difícil encontrar un trabajador para la mies del Señor; porque hemos recibido el ministerio sacerdotal, pero no cumplimos con los deberes de este ministerio.


Pensad, pues, amados hermanos, pensad bien en lo que dice el Evangelio: Rogad al Señor de la mies que envíe trabajadores a su mies. Rogad también por nosotros, para que nuestro trabajo en bien vuestro sea fructuoso y para que nuestra voz no deje nunca de exhortarnos, no sea que, después de haber recibido el ministerio de la predicación, seamos acusados ante el justo Juez, por nuestro silencio.

EL MISTERIO DE CRISTO EN NOSOTROS Y EN LA IGLESIA

Debemos continuar y completar en nosotros los estados y misterios de la vida de Cristo, y suplicarle con frecuencia que los consume y complete en nosotros y en toda su Iglesia.

Porque los misterios de Jesús no han llegado todavía a su total perfección y plenitud. Han llegado ciertamente a su perfección y plenitud en la persona de Jesús, pero no en nosotros, que somos sus miembros, ni en su Iglesia, que es su cuerpo místico. El hijo de Dios quiere comunicar y extender en cierto modo y continuar sus misterios en nosotros y en toda su Iglesia, ya sea mediante las gracias que ha determinado otorgarnos, ya mediante los efectos que quiere producir en nosotros a través de estos misterios. En este sentido quiere completarlos en nosotros.

Por esto San Pablo dice que Cristo halla su plenitud en la Iglesia y que todos nosotros contribuimos a su edificación y a la edad de Cristo en su plenitud, es decir, a aquella edad mística que él tiene en su cuerpo místico, y que no llegará a su plenitud hasta el día del juicio. El mismo Apóstol dice, en otro lugar, que él va completando las tribulaciones que aún le quedan por sufrir con Cristo en su carne mortal.

De este modo el Hijo de Dios ha determinado consumar y completar en nosotros todos los estados y misterios de su vida. Quiere llevar a término en nosotros los misterios de su encarnación, de su nacimiento, de su vida oculta, formándose en nosotros y volviendo a nacer en nuestras almas por los santos sacramentos del bautismo y de la sagrada eucaristía, y haciendo que llevemos una vida espiritual e interior, oculta con él en Dios.

Quiere completar en nosotros el misterio de su pasión, muerte y resurrección, haciendo que suframos, muramos y resucitemos con él y en él. Finalmente, completará en nosotros su estado de vida gloriosa e inmortal cuando haga que vivamos en él y en él una vida gloriosa y eterna en el cielo. Del mismo modo quiere consumar y completar los demás estados y misterios de su vida en nosotros y en su Iglesia, haciendo que nosotros los compartamos y participemos de ellos, y que en nosotros sean continuados y prolongados.


Según esto, los misterios de Cristo no estarán completos hasta el final de aquel tiempo que él ha destinado para la plena realización de sus misterios en nosotros y en la Iglesia, es decir, hasta el fin del mundo.

martes, 22 de noviembre de 2016

HIMNO XIX


Crece la luz bajo tu hermosa mano,

Padre celeste, y suben

los hombres matutinos al encuentro

de Cristo primogénito.



Èl hizo amanecer ante tus ojos

y enalteció la aurora,

cuando aún no estaba el hombre sobre el mundo

para poder cantarla.



Ès es principio y fin del universo,

y el tiempo, en su caída,

se acoge al que es la fuerza de las cosas

y en él rejuvenecen.



Èl es quien nos reanima y fortalece,

y hace posible el himno

que, ante las maravillas de tus manos,

cantamos jubilosos.



He aquí la nueva luz que asciende y busca

su cuerpo misterioso;

he aquí, en la claridad de la mañana,

el signo de tu rostro.



Envía, Padre eterno, sobre el mundo

el soplo de tu Hijo,

potencia de tu diestra y primogénito

de todos los que mueren. Amén.

ORACION AL BUEN PASTOR


¿Dónde pastoreas, pastor bueno, tú que cargas sobre tus hombros a toda la grey? Muéstrame el lugar de reposo, guíame hasta el pasto nutritivo, llámame por mi nombre, para que yo, oveja tuya, escuche tu voz, y tu voz me de la vida eterna: Avísame, amor de mi alma, dónde pastoreas.



Te nombro de este modo, porque tu nombre supera cualquier otro nombre y cualquier inteligencia, de tal manera que ningún ser racional es capaz de pronunciarlo o de comprenderlo. Este nombre, expresión de tu bondad, expresa el amor de mi alma hacia ti. ¿Cómo puedo dejar de amarte, a ti que de tal manera me has amado, a pesar de mi negrura, que has entregado tu vida por las ovejas de tu rebaño? No puede imaginarse un amor superior a éste, el de dar tu vida a trueque de mi salvación,



Enséñame, pues -dice el texto sagrado-, dónde pastoreas, para que pueda hallar los pastos saludables y saciarme del alimento celestial, que es necesario comer para entrar en la vida eterna; para que pueda asimismo acudir a la fuente, proporcionas a los sedientos con el agua que brota de tu costado, venero de agua abierto por la lanza, que se convierte para todos los que de ella beben en manantial, cuyas aguas brotan para comunicar vida eterna.



Si de tal modo me pastoreas, me harás recostar al mediodía, sestearé en paz y descansaré bajo la luz sin mezcla de sombra alguna, ya que el sol está en su vértice; bajo esta luz meridiana haces entrar contigo en tu refugio a tus ayudantes. Nadie es considerado a tus ayudantes. Nadie es considerado digno de este reposo meridiano si no es hijo de la luz y del día. Pero el que se aparta de las tinieblas, tanto de las vespertinas como de las matutinas, que significan el comienzo y el fin del mal, es colocado por el sol de justicia en la luz del mediodía, para que se recueste bajo ella.



Enséñame, pues, cómo tengo que recostarme y pacer, y cuál sea el camino del reposo meridiano, no sea que por ignorancia me sustraiga de tu dirección y me junte a un rebaño que no sea el tuyo.



Esto dice (la esposa del Cantar), solícita por la belleza que le viene de Dios y con el deseo de saber cómo alcanzar la felicidad eterna.

viernes, 18 de noviembre de 2016

NO PONGAMOS RESISTENCIA A SU PRIMERA VENIDA, Y NO TEMEREMOS LA SEGUNDA


Aclamen los árboles del bosque, delante del Señor, que ya llega, ya llega a regir la tierra. Vino una primera vez, pero vendrá de nuevo. En su primera venida pronunció estas palabras que leemos en el Evangelio: Después de esto veréis al Hijo del hombre venir sobre las nubes. ¿Qué significa: Después de esto? ¿Acaso no ha de venir más tarde el Señor, cuando prorrumpirán en llanto todos los pueblos de la tierra? Primero vino en la persona de sus predicadores, y llenó todo el orbe de la tierra. No pongamos resistencia a su primera venida, y no temeremos la segunda.



¿Qué debe hacer el cristiano, por tanto? Servirse de este mundo, no servirlo a él. ¿Qué quiere decir esto? Que los que tienen han de vivir como si no tuvieran, según las palabras del Apóstol: Os digo esto, hermanos: el momento es apremiante. Queda como solución: que los que tienen mujer vivan como si no la tuvieran; los que lloran, como sí no llorarán; los que están alegres, como si no lo estuvieran; los que compran, como si no poseyeran; los que negocian en el mundo, como si no disfrutarán de él: porque la presentación de este mundo se termina. Quiero que os ahorréis preocupaciones. El que se ve libre de preocupaciones espera seguro la venida de su Señor. En efecto, ¿qué clase de amor a Cristo es el de aquel que teme su venida? ¿No nos da vergüenza, hermanos? Lo amamos y, sin embargo, tenemos su venida. ¿De verdad lo amamos? ¿No será más bien que amamos nuestros pecados? Odiemos el pecado, y amemos al que ha de venir a castigar el pecado. Él vendrá, lo queramos o no; el hecho de que no venga ahora no significa que no haya de venir más tarde. Vendrá, y no sabemos cuándo; pero, si nos halla preparados, en nada nos perjudica esta ignorancia.



Aclamen los árboles del bosque. Vino la primera vez y vendrá de nuevo a juzgar a la tierra; hallará aclamándolo con gozo, porque ya llega, a los que creyeron en su primera venida.



Regirá el orbe con justicia y los pueblos con fidelidad. ¿Qué significan esta justicia y esta fidelidad? En el momento de juzgar reunirá junto a sí a sus elegidos y apartará de sí a los demás, ya que pondrá a unos a la derecha y a otros a la izquierda. ¿Qué más justo y equitativo que no esperen misericordia antes de la venida del juez? En cambio, los que se esforzaron en practicar la misericordia serán juzgados con misericordia. Dirá, en efecto, a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, a tomar posesión del reino que está preparado para vosotros desde la creación del mundo. Y les tendrá en cuenta sus obras de misericordia: Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, y lo que sigue.



Y a los de la izquierda ¿qué es lo que les tendrá en cuenta? Que no quisieron practicar la misericordia. ¿Y a dónde irán? Id al fuego eterno. Esta mala noticia provocará en ellos grandes gemidos. Pero ¿qué dice otro salmo? El recuerdo del justo será perpetuo. No temerá las malas noticias. ¿Cuál es la mala noticia? Id al fuego eterno que esta preparado para el demonio y sus angeles. Los que se alegrarán por la buena noticia no temerán la mala. Ésta es la justicia y la fidelidad de que habla el salmo.



¿Acaso, porque tú eres injusto, el juez no será justo? O, ¿Por qué tú eres mendaz, no será veraz el que es la verdad en la persona? Pero, si quieres alcanzar misericordia, sé tú misericordioso antes de que venga: perdona los agravios recibidos, da de lo que te sobra. Lo que das ¿de quién es sino de él? Si dieras de lo tuyo sería generosidad, pero porque das de lo suyo es devolución. ¿Qué tienes que no hayas recibido? Éstas son las víctimas agradables a Dios: la misericordia, la humildad, la alabanza, la paz, la caridad. Si se las presentamos, entonces podremos esperar seguros la venida del juez que regirá el orbe con justicia y los pueblos con fidelidad.

miércoles, 16 de noviembre de 2016

LA IGLESIA VIVA ES EL CUERPO DE CRISTO


Dice el Señor: Todo el día, sin cesar, ultrajan mi nombre en medio de las naciones; y también en otro lugar: ¡Ay de aquel por cuya causa ultrajan mi nombre! ¿Por razón ultrajan el nombre de Dios? Porque nuestra conducta no concuerda con lo que nuestros labios proclaman. Los paganos, en efecto, cuando escuchan de nuestros labios la palabra de Dios, quedan admirados de su belleza y sublimidad; pero luego, al contemplar nuestras obras y ver que no concuerda con nuestras palabras, empiezan a blasfemar, diciendo que todo es fábula y mentira.



Cuando nos oyen decir que Dios afirma: Si amáis a los que os aman no es grande vuestro mérito, pero grande es vuestra virtud si amáis a vuestros enemigos y a quienes os odian, se llenan de admiración ante la sublimidad de estas palabras; pero luego, al contemplar cómo no amamos a los que nos aman, se ríen de nosotros y con ello el nombre de Dios es blasfemado.



Así pues, hermanos, si cumplimos la voluntad de Dios, perteneceremos a la Iglesia primera, es decir, a la Iglesia espiritual, que fue creada antes que el sol y la luna; pero, si no cumplimos la voluntad del Señor, seremos de aquellos de quienes afirma la Escritura: Habéis convertido mi templo en una cueva de bandidos. Por tanto, procuremos pertenecer a la Iglesia de la vida, para alcanzar así la salvación.



Creo que no ignoráis que la Iglesia viva es el cuerpo de Cristo. Dice, en efecto, la Escritura: Creó Dios al hombre, hombre y mujer los creó; el hombre es Cristo, la mujer es la Iglesia; ahora bien, los escritos de los profetas y de los apóstoles nos enseñan también que la Iglesia no es de este tiempo, sino que existe desde el principio; en efecto, la Iglesia era espiritual como espiritual era el Señor Jesús, pero se manifestó visiblemente en los últimos tiempos para llevarnos a la salvación.



Esta Iglesia que era espiritual se ha hecho visible en la carne de Cristo, mostrándonos con ello que, si nosotros conservamos intacta esta Iglesia por medio de nuestra carne, la recibiremos en el Espíritu Santo y nadie puede gozar del modelo si ha destruido su imagen. Todo esto quiere decir, hermanos, lo siguiente: Conservad con respeto vuestra carne, para que así tengáis parte en el Espíritu. Y, si afirmamos que la carne es la Iglesia y el Espíritu es Cristo, ello significa que quien deshonra la carne deshonra la Iglesia, y este tal no será tampoco partícipe de aquel Espíritu, que es el mismo Cristo. Con la ayuda del Espíritu Santo, esta carne puede, por tanto, llegar a gozar de aquella incorruptibilidad y de aquella vida que es tan sublime, que nadie puede explicar ni describir, pero que Dios ha preparado para sus elegidos.

HIMNO XVIII


Libra mis ojos de la muerte;

dales la luz, que es su destino.

Yo, como el ciego del camino,

pido un milagro para verte.



Haz de esta piedra de mis manos

una herramienta constructiva,

cura su fiebre posesiva

y ábrela al bien de mis hermanos.



Haz que mi pie vaya ligero.

Da de tu pan y de tu vaso

al que te sigue, paso a paso,

por lo más duro del sendero.



Que yo comprenda, Señor mío,

al que se queja y retrocede;

que el corazón no se me quede

desentendidamente frío.



Guarda mi fe del enemigo.

¡Tantos me dicen que estás muerto!

Y entre la sombra y el desierto dame

tu mano y ven conmigo. Amén.

PRACTIQUEMOS EL BIEN, PARA QUE AL FIN NOS SALVEMOS


Seamos también nosotros de los que alaban y sirven a Dios, y no de los impíos, que serán condenados en el juicio. Yo mismo, a pesar de que soy un gran pecador y de que no he logrado todavía superar la tentación ni las insidias del diablo, me esfuerzo en practicar el bien y, por temor al juicio futuro, trato al menos de irme acercando a la perfección.



Por esto, hermanos y hermanas, después de haber escuchado la palabra de del Dios de verdad, os leo esta exhortación, para que, atendiendo a lo que está escrito, nos salvemos todos, tanto vosotros como el que lee entre vosotros; os pido por favor que os arrepintáis de todo corazón, con lo que obtendréis la salvación y la vida. Obrando así serviremos de modelo a todos aquellos jóvenes que quieren consagrarse a la bondad y al amor de Dios. No tomemos a mal ni nos enfademos tontamente cuando alguien nos corrija con el fin de retornarnos al buen camino, porque a veces obramos el mal sin darnos cuenta, por nuestra doblez de alma y por la incredulidad que hay en nuestro interior, y porque tenemos sumergido el pensamiento en las tinieblas a causa de nuestras malas tendencias.



Practiquemos, pues, el bien, para que al fin nos salvemos. Dichosos los que obedecen estos preceptos; aunque por un poco de tiempo hayan de sufrir en este mundo, cosecharán el fruto de la resurrección incorruptible. Por esto, no ha de entristecerse el justo con sus antecesores y gozará de una felicidad sin fin y sin mezcla de tristeza.



Tampoco ha de hacernos vacilar el ver que los malos se enriquecen mientras los siervos de Dios viven en la estrechez. Confiemos, hermanos y hermanas: sostenemos el combate del Dios vivo y lo ejercitamos en esta vida presente, con miras a obtener la corona en la vida futura. Ningún justo consigue en seguida la paga de sus esfuerzos, sino que tiene que esperarla pacientemente. Si Dios premiase en seguida a los justos, la piedad se convertiría en un negocio; daríamos la impresión de que queremos ser justos por amor al lucro y no por amor a la piedad. Por esto los juicios divinos a veces nos hacen dudar y entorpecen nuestro espíritu, porque no vemos aún las cosas con claridad.



Al solo Dios invisible, Padre de la verdad, que nos ha enviado al Salvador y Autor de nuestra incorruptibilidad, por el cual nos ha dado también a conocer la verdad y la vida celestial, a él sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

PAPEL DE LOS CRISTIANOS EN LA CONSTRUCCIÒN DE LA PAZ


Los cristianos deben cooperar con gusto y de corazón en la edificación de un orden internacional en el que se respeten las legítimas libertades y se fomente una sincera fraternidad entre todos; y eso con tanta mayor razón cuanto más claramente se advierte que la mayor parte de la humanidad sufre todavía una extrema pobreza, hasta tal punto que puede decirse que Cristo mismo, en la persona de los pobres, eleva su voz para solicitar la caridad de los discípulos. Que se evite, pues, el escándalo de que mientras ciertas naciones, cuya población es muchas veces en su mayoría cristiana, abundan en toda clase de bienes, otras, en cambio, se ven privadas de lo más indispensable y sufren a causa del hambre, de las enfermedades y de toda clase de miserias. El espíritu de pobreza y de caridad debe ser la gloria y el testimonio de la Iglesia de Cristo.



Hay que alabar y animar, por tanto, a aquellos cristianos, sobre todo los jóvenes, que espontáneamente se ofrecen para ayudar a los demás hombres y naciones. Más aún, es deber de todo pueblo de Dios, animado y guiado por la palabra y el ejemplo de sus obispos, aliviar, según las posibilidades de cada uno, las miserias de nuestro tiempo; y esto hay que hacerlo como era costumbre en la antigua Iglesia, dando no solamente de los bienes superfluos, sino aun de los necesarios.



El modo de recoger y distribuir lo necesario para las diversas necesidades, sin que haya de ser rígida y uniformemente ordenado, llévese a cabo, sin embargo, con de toda solicitud en cada una de las diócesis, naciones e incluso en el plano universal, uniendo siempre que se crea conveniente la colaboración de los católicos con la de los otros hermanos cristianos. En efecto, el espíritu de caridad, lejos de prohibir el ejercicio ordenado y previsor de la acción social y caritativa, más bien lo exige. De aquí que sea necesario que quienes pretenden dedicarse al servicio de las naciones en vía de desarrollo sean oportunamente formados en instituciones especializadas.



Por eso la Iglesia debe estar siempre presente en la comunidad de naciones para fomentar o despertar la cooperación entre los hombres; y eso tanto por medio de sus órganos oficiales como por la colaboración sincera y plena de cada uno de los cristianos, colaboración que debe inspirarse en el único deseo de servir a todos.



Este resultado se conseguirá mejor si los mismos fieles, en sus propios ambientes, conscientes de la propia responsabilidad humana y cristiana, se esfuerzan por despertar el deseo de una generosa cooperación con la comunidad internacional. Dese a esto una especial importancia en la formación de los jóvenes, tanto en su formación religiosa como civil.



Finalmente, es muy de desear que los católicos, para cumplir debidamente su deber en el seno de la comunidad internacional, se esfuercen por cooperar activa y positivamente con sus hermanos separados, que como ellos profesan la caridad evangélica, y con todos aquellos otros hombres que están sedientos de verdadera paz.

martes, 15 de noviembre de 2016

EMPRESARIO CHILENO


Esto lo escribió Felipe Cubillos (1962-2011), empresario y millonario chileno quién después de forjar una gran fortuna, se dedicó a la filantropía y después del terremoto montó una empresa para la reconstrucción de Chile. Falleció en accidente aéreo en la isla “Juan Fernández”.



Léelo hasta el final, vale la pena.



1. Acerca de DIOS y el CIELO: creo que, si actuamos haciendo el bien, podremos estar en la lista de espera si el Cielo existe; y si no existe, habremos tenido nuestro propio Cielo en ésta Tierra. A Dios no lo encontré sólo en el mar del sur, en las nubes, en las tormentas, en las olas, ni en la meta, ni en las partidas; estuvo siempre conmigo, dentro, muy dentro de mí.



2. Acerca de los HIJOS: definitivamente no son tuyos, son personas independientes, sólo quiérelos y ámalos, trata de educarlos con el ejemplo y enseñándolos a hacer lo correcto, si puedes, transmíteles que busquen sus propios sueños, no los tuyos. Y no esperes que te agradezcan todo lo que haces por ellos; ese agradecimiento vendrá muchos años después, quizás cuando tú ya te hayas convertido en abuelo, será entonces que sabrán lo que significa ser Padre o Madre. Pero si te llegan a decir que están orgullosos de ser tu hijo, date por recompensado con creces. Y si alguno de ellos debe partir antes que tú, que al menos te quede el consuelo de haberle dicho muchas veces cuánto lo amabas.



3. Acerca de tus PADRES: ¡no dejes nunca de agradecerles el hecho de que te hayan traído a este mundo maravilloso y que te hayan dado tan sólo la posibilidad de vivir, sólo eso, vivir...!!!



4. Acerca del MAR, el VIENTO y la NATURALEZA: admírala, protégela y cuídala, es única y no tenemos otra. Y al mar y al viento, nunca trates de vencerlos, y menos desafiarlos, llevan todas las de ganar. Si quieres ser un navegante, acostúmbrate a vivir en crisis permanente.

5. Acerca del AMOR: da las gracias al universo si te despiertan cada mañana con un beso y una sonrisa, no pidas nada más. Y haz como las abejas y las mariposas, ellas no buscan la flor más linda del jardín, sino aquella que tiene el mayor contenido.



6. Acerca de la RIQUEZA: realmente no es necesaria; una vez que hayas financiado un flujo de caja para mantener a tu familia, trata de comprar más tiempo que dinero, más libertad que esclavitud. El tiempo vale más que cualquier riqueza.



7. Acerca de la ANGUSTIA y la AMARGURA: ¡cuando creas que algo no es posible, que los problemas te agobian, que ya no puedes, date un tiempo para ver las estrellas y espera despierto el amanecer, ahí descubrirás que siempre sale el sol, siempre...!!!

8. Acerca del TRIUNFO: si quieres triunfar debes estar dispuesto a fracasar mil veces y dispuesto a perder todo lo que has conseguido. Y no temas perderlo todo, pues si te lo has ganado bien, de seguro lo recuperarás y con creces.



9. Acerca del PRESENTE: vívelo intensamente, es el único instante que realmente importa; los que viven aferrados al pasado ya murieron; y los que viven soñando con el futuro, aún no han nacido. ¡La vida es una sola, vívela...!!!



10. Acerca del ÉXITO y el FRACASO: reconócelos como dos impostores, pero aprende sobretodo de los fracasos, los propios y los de los demás, allí hay demasiado conocimiento que generalmente no usamos ni aprendemos.



11. Acerca de los AMIGOS: elige los que están contigo cuando estés derrotado y en el suelo; porque cuando estés en la gloria, te van a sobrar.

_*Finalmente te digo que no te aferres a lo material, aférrate a los sentimientos y los conocimientos, que te hagan elevar tu espíritu y crecer.


HAY QUE ESTAR EN VERDAD ENAMORADO PARA ESCRIBIR ESTO


Hay que estar en verdad enamorado para escribir esto.



Qué ingenio y Bendición de Dios, es quien lo escribió para bien de todos



En Química:

, convirtió el agua en vino.

(Jn 2 - 1, 11)



En Biología:
Nació sin concepción normal.

(Mt. 1 - 18; 25)



En Física:

Desmintió la ley de la gravedad, cuando caminó sobre las aguas y subió a los cielos.
(Mc 6 - 49; 51)



En Economía:

, refutó la ley de las matemáticas al alimentar 5.000 personas con tan solamente cinco panes y dos peces; haciendo sobrar doce cestas llenas y un pueblo completamente saciado.

(Mt 14/ 17-21)



En medicina:

Curó a los enfermos y los ciegos sin administrar ninguna dosis de medicamento.
(Mt 9 - 19,22 y Jn 9 - 1, 15)




La historia de JESÚS:

Es contada antes de,

y después de ÉL,

es el PRINCIPIO

y el FIN.



Fue llamado:
_- MARAVILLOSO CONSEJERO
- PRÍNCIPE DE PAZ
- REY DE REYES
- SEÑOR DE SEÑORES

(Isaías 9, 6)

La biblia dice:
Que nadie llega al Padre si no es por ÉL,

es el único camino.
(Jn 14, 6)

Entonces... ¿Quién es ÉL?:


ÉL, es JESÚS, el unigénito Hijo de Dios y Dios con Nosotros.

ÉL no tenía siervos
y todos lo llamaban Señor.

No se educó con los grandes rabinos de la época
y todos lo llamaban Maestro.

No tenía medicamentos,
mas era llamado Médico de médicos.

ÉL, no tenía ejércitos,
más los reyes le temían.

ÉL, no ganó batallas militares,
pero conquistó el mundo.

ÉL, no cometió ningún delito,
pero fue crucificado.

Fue enterrado en una tumba
pero ahora ÉL VIVE.

Me siento honrado en servir a este gran Líder que nos Ama.

Este mensaje hará bien a otras personas.

Los ojos que están leyendo este mensaje no temerán ningún mal.

Las manos que envíen este mensaje no trabajarán en vano.

La Fe es un don y viene al escuchar la palabra de Dios.

Comparte con todos los grupos de los que eres parte, a todas las personas que conozcas y así evangelizamos y llevamos

martes, 8 de noviembre de 2016

LLEVEMOS SIEMPRE EN NOSOTROS LOS SUFRIMIENTOS MORTALES DE JESUS


Dice el Apóstol: El mundo está crucificado para mí y yo para el mundo. Existe, pues, en esta vida una muerte que es buena; por ello se nos exhorta a que llevemos siempre en nosotros por todas partes los sufrimientos mortales de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nosotros.



Que la muerte vaya, pues, actuando en nosotros, para que también se manifieste en nosotros la vida, es decir, para que obtengamos aquella vida buena que sigue a la muerte, vida dichosa después de la victoria, vida feliz, terminado el combate, vida en la que la ley de la carne no se opone ya a la ley del espíritu, vida, finalmente, en tal, porque el mismo cuerpo mortal ha alcanzado ya la victoria.



Yo mismo no sabría decir si la grandeza de esta muerte es mayor incluso que la misma vida. Pues me hace dudar la autoridad del Apóstol que afirma: En nosotros va trabajando la muerte, y en vosotros va actuando la vida. En efecto, ¿cuántos pueblos no fueron engendrados a la vida por la muerte de uno solo! Por ello enseña el Apóstol que los que los que viven en esta vida deben apetecer que la muerte feliz de Cristo brille en sus propios cuerpos y deshaga nuestra condición física para que nuestro interior se renueve y, desmoronándose la morada terrestre en que acampamos, dé lugar a la edificación de una casa eterna en el cielo.



Imita, pues, la muerte del Señor quien aparta de la vida según la carne y aleja de sí aquellas injusticias de las que el Señor dice por Isaías: Abre las prisiones injustas, haz saltar las coyundas de los yugos, deja libres a los oprimidos, rompe todos los cepos.

El Señor, pues, quiso morir y penetrar en el reino de la muerte para destruir con ello toda culpa; pero, a fin de que la naturaleza humana no acabara nuevamente en la muerte, se nos dio la resurrección de los muertos: así por la muerte fue destruida la culpa y por la resurrección la naturaleza humana recobró la inmortalidad.



La muerte de Cristo es, pues, como la transformación del universo. Es necesario, por tanto, que también tú te vayas transformando sin cesar: debes pasar de la corrupción a la incorrupción, de la muerte a la vida, de la mortalidad a la inmortalidad, de la turbación a la paz. No te perturbe, pues, el oír el nombre de muerte, antes bien, deléitate en los dones que te aporta este tránsito feliz.



¿Qué significa en realidad para ti la muerte sino la sepultura de los vicios y la resurrección de las virtudes? Por eso dice la Escritura: Muera yo con la muerte de los justos, es decir, sea y sepultado como ellos, para que desaparezcan mis culpas y sea revestido de la santidad de los justos, es decir, de aquellos que llevan en su cuerpo y en su alma la muerte de Cristo.

SANTA Y PIADOSA ES LA IDEA DE ORAR EN FAVOR DE LOS DIFUNTOS


¿Qué es el hombre, para que te acuerdes de él? Un gran misterio me envuelve y me penetra. Pequeño soy y, al mismo tiempo, grande, exiguo y sublime, mortal e inmortal, terreno y celeste. Con Cristo soy sepultado y con Cristo debo resucitar; estoy llamado a ser coheredero de Cristo e hijo de Dios; llegaré incluso a ser Dios mismo.



Esto es lo que significa nuestro gran misterio; esto lo que Dios nos ha concedido, y para que nosotros lo alcancemos quiso hacerse hombre; quiso ser pobre, para levantar así la carne postrada y dar la incolumidad al hombre que él mismo había creado a su imagen; así todos nosotros llegamos a ser uno en Cristo, pues él ha querido que todos nosotros lleguemos a ser aquello mismo que él es con toda perfección; así entre nosotros ya no hay judío ni gentil, no hay esclavo ni libre, no hay varón ni mujer, es decir, no queda ya ningún residuo ni discriminación de la carne, sino que brilla sólo en nosotros la imagen de Dios, por quien y para quien hemos sido creados y a cuya semejanza estamos plasmados y hechos, para que nos reconozcamos siempre como hechura suya.



¡Ojalá alcancemos un día aquello que esperamos de la gran munificencia y benignidad de nuestro Dios! Él pide cosas insignificantes y promete en cambio grandes dones, tanto en este mundo como en el futuro, a quienes lo aman sinceramente. Sufrámoslo, pues, todo por él y aguantémoslo todo esperando en él; démosle gracias por todo (él sabe ciertamente que con frecuencia nuestros sufrimientos son un instrumento de salvación); encomendémosle nuestras vidas y las de aquellos que, habiendo vivido en otro tiempo con nosotros, nos han precedido ya en la morada eterna.

¡Señor y hacedor de todo y especialmente del ser humano! ¡Dios, Padre y guía de los hombres que creaste! ¡Árbitro de la vida y de la muerte! ¡Guardián y bienhechor de nuestras almas! ¡Tú que lo realizas todo en su momento oportuno y, por tu Verbo, vas llevando a su fin todas las cosas según la sublimidad de aquella sabiduría tuya que todo lo sabe y todo lo penetra! Te pedimos que recibas ahora en tu reino a Cesáreo, que como primicia de nuestra comunidad ha ido ya hacía a ti.



Dígnate también, Señor, velar por nuestra vida, mientras moramos en este mundo, y, cuando nos llegue el momento de dejarlo, haz que lleguemos a ti preparados por el temor que tuvimos de ofenderte, aunque no ciertamente poseídos de terror. No permitas, Señor, que, en la hora de nuestra muerte, desesperados y sin acordarnos de ti, nos sintamos como arrancados y expulsados de este mundo, como suele acontecer con los hombres que viven entregados a los placeres de esta vida, sino que, por el contrario, alegres y bien dispuestos, lleguemos a la vida eterna y feliz, en Cristo Jesús Señor nuestro, a quien sea la gloria por los siglos de los siglos.  Amén.

miércoles, 2 de noviembre de 2016

DEBEMOS CONOCER EL AMOR DE CRISTO, QUE EXCEDE TODO CONOCIMIENTO


Pienso que aquel gran deseo de nuestro Señor de que su sagrado corazón sea honrado con un culto especial tiende a que se renueven en nuestras almas los efectos de la redención. El sagrado corazón, en efecto, es una fuente inagotable, que no desea otra cosa que derramarse en el corazón de los humildes, para que estén libres y dispuestos a gastar la propia vida según su beneplácito.



De este divino corazón manan sin cesar tres arroyos: el primero es el de la misericordia para con los pecadores, sobre los cuales vierte el espíritu de contrición y de penitencia; el segundo es el de la caridad, en provecho de todos los aquejados por cualquier necesidad y, principalmente, de los que aspiran a la perfección, para que encuentren la ayuda necesaria para superar sus dificultades; del tercer arroyo manan el amor y la luz para sus amigos ya perfectos, a los que quiere unir consigo para comunicarles su sabiduría y sus preceptos, a fin de que ellos a su vez, cada cual a su manera, se entreguen totalmente a promover su gloria.



Este corazón divino es un abismo de todos los bienes, en el que todos los pobres necesitan sumergir sus indigencias: es un abismo de gozo, en el que hay que sumergir todas nuestras tristezas, es un abismo de humildad contra la ineptitud, es un abismo de amor, en el que debe ser sumergida toda nuestra indigencia.



Conviene, pues, que os unáis al corazón de nuestro Señor Jesucristo en el comienzo de la conversión, para alcanzar la disponibilidad necesaria y, al fin de la misma, para que la llevéis a término. ¿No aprovecháis en la oración? Bastará con que ofrezcáis a Dios las plegarias que el Salvador profiere en lugar nuestro en el sacramento del altar, ofreciendo su fervor en reparación de vuestra tibieza; y, cuando os dispongáis a hacer alguna cosa, orad así: Dios mío, hago o sufro tal cosa en el corazón de tu Hijo y según sus santos designios, y os lo ofrezco en reparación de todo lo malo o imperfecto que hay en mis obras. Y así en todas las circunstancias de la vida.



Y siempre que os suceda algo penoso, aflictivo, injurioso, decíos a vosotros mismos: Acepta lo que te manda el sagrado corazón de Jesucristo para unirte a sí.



Por encima de todo, conservad la paz del corazón, que es el mayor tesoro. Para conservarla, nada ayuda tanto como el renunciar a la propia voluntad y poner la voluntad del corazón divino en lugar de la nuestra, de manera que sea ella la que haga en lugar nuestro todo lo que contribuye a su gloria, y nosotros, llenos de gozo, nos sometamos a él y confiemos en él totalmente.

OREMOS POR OTROS CATOLICOS EN IRAK.........


Por favor unámonos en oración urgente , porque el grupo islamico radical, acaba de tomar Quaragosh, la ciudad cristiana más grande de Irak. Hay cientos de hombres, mujeres y niños cristianos que están siendo decapitados. El Papá Francisco está pidiendo cubierta de oración. Por favor toma un minuto y ora por ellos. Pasa el mensaje a todos tus contactos,que no se corte la cadena. Nos han pedido oración
por favor.!!



🙇 pásalo a otro

HIMNO XVII


Crece la luz bajo tu hermosa mano,

Padre celeste, y suben

los hombres matutinos al encuentro

de Cristo primogénito.



Él hizo amanecer ante tus ojos

y enalteció la aurora,

cuando aún no estaba el hombre sobre el mundo

para poder cantarla.



Él es principio y fin del universo,

y el tiempo, en su caída,

se acoge al que es la fuerza de las cosas

y en él rejuvenecen.



Él es quien nos reanima y fortalece,

y hace posible el himno

que, ante las maravillas de tus manos,

cantamos jubilosos.



He aquí la nueva luz que asciende y busca

su cuerpo misterioso;

he aquí, en la claridad de la mañana,

el signo de tu rostro.



Envía, Padre eterno, sobre el mundo

el soplo de tu Hijo,

potencia de tu diestra y primogénito

de todos los que mueren.  Amén.

LA JUVENTUD DE MI VEJEZ


La juventud de mi vejez.



Estoy en la edad en que la vida no es más un proyecto. He vivido más de lo que me falta. Los años han pasado y las huellas dejadas en el espacio físico de mi cuerpo y de mi alma, son tangibles y reales.



Hoy tengo que hacer un esfuerzo mayor para lucir mejor. La esclavitud de pintarme el pelo y cuidar mi cara, me recuerdan constantemente que mis lágrimas y mis risas no han sido en vano, que cada cana y cada arruga tienen su historia.



He vivido mucho, he reído mucho y he llorado mucho. Sin embargo, a pesar de esto, considero que el gran cambio que los años aportaron a mi vida, se ha producido en mi alma. Los años me enseñaron a priorizar, a conciliar con el amor, a agradecer el regalo de la amistad y a afianzar mi espiritualidad.



Hoy confieso que un beso de mis hijos, la sonrisa de los bebés o una celebración familiar, producen más luces en mi vida, que la más deslumbrante constelación de estrellas. He aprendido, además, que mi príncipe azul fue real. En algún momento cabalgó tan lento, que sentí la necesidad de avanzar por mi sola, en otras ocasiones se me adelantó tanto, que fue imposible alcanzarlo. Hoy, él y yo estamos en paz.



Los años que han pasado también me han demostrado, que mis amigos y mis amigas han sido seres de luz que han iluminado mi camino en algún momento y en algún lugar, sin importar el tiempo y la distancia.



Que mi Fe se ha vuelto persistente y tolerante. He asumido la responsabilidad de mi espiritualidad, sin fanatismo, ni obsesiones.



Mi Fe me ha ayudado a aceptar lo que no puedo entender ni cambiar y a fortalecer mi tolerancia hacia las creencias de los demás.



Los años han pasado y la realidad de mi vida ha ido cambiando. Aunque mi cuerpo físico esté envejeciendo, mi alma se está rejuveneciendo y hoy me siento más joven, que cuando era joven. No temo a la vida y mi época de inseguridades y de correr tras la vida ya pasó.



He caminado lo suficiente para entender, que no puedo vivir de apariencias, porque si lo hago, dejo de vivir lo que es esencial para mi alma.



Después de tantos años entendí, que el amor verdadero es real, que su presencia en mi vida ha sido el producto de todo el amor y las virtudes emanadas por quienes han pasado por mi vida, dándome todo lo mejor que podían y lo que tenían. También comprendí, que no debo más que sentir agradecimiento por haber tenido el privilegio que mis amigos/as me eligieran como una acompañante del alma, en su ruta por la vida.



Por último, he conocido a Dios, Él sabe quién soy y yo sé quién es Él.



Con todo esto, vivo mi realidad día a día, entendiendo que es tiempo de asumir las experiencias y que no importa lo que pase con mi cuerpo físico, las circunstancias actuales de mi vida están centradas en lo que pase con la juventud de mi alma.



GRACIAS POR ESTAR EN MI VIDA.

TIEMPO DE BENDECIR........


Tiempo de bendecir....

Yo te Bendigo a ti que estás leyendo este mensaje
Bendigo tu corazón
tu vida
tu salud
tus hijos
tu hogar
tu familia
tu trabajo
tus finanzas
tus proyectos
en el nombre de Jesús

Tu escoges a quién o quiénes quieres bendecir

ASISTIR A REUNIONES


Un hombre, que regularmente asistía a las reuniones con sus amigos, sin ningún aviso, dejó de participar en sus actividades.

Después de algunas semanas, una noche muy fría el líder de aquel grupo decidió visitarlo.

Encontró al hombre en casa, solo, sentado frente a una chimenea donde ardía un fuego brillante y acogedor.

Adivinando la razón de la visita, el hombre dio la bienvenida al líder.

Se hizo un gran silencio.

Los dos hombres sólo contemplaban la danza de las llamas en torno de los troncos de leña que crepitaban en la chimenea.

Al cabo de algunos minutos el líder, sin decir palabra, examinó las brasas que se formaban y seleccionó una de ellas, la más incandescente de todas, retirándola a un lado del brasero con unas tenazas.

Volvió entonces a sentarse.

El anfitrión prestaba atención a todo, fascinado pero inquieto.

Al poco rato, la llama de la brasa solitaria disminuyó, hasta que sólo hubo un brillo momentáneo y el fuego se apagó repentinamente.

En poco tiempo, lo que era una muestra de luz y de calor, no era más que un negro, frío y muerto pedazo de carbón.

Muy pocas palabras habían sido dichas desde el saludo.

El líder, antes de prepararse para salir, con las tenazas regreso el carbón frío e inútil, colocándolo de nuevo en medio del fuego. De inmediato la brasa se volvió a encender, alimentada por la luz y el calor de los carbones ardientes en torno suyo.

Cuando el dirigente alcanzó la puerta para irse, el anfitrión le dijo: Gracias por tu visita y por tu bellísima lección. Regresaré al grupo. Buenas noches...

¿Por qué se extinguen los grupos?

Muy simple: porque cada miembro que se retira le quita fuego y el calor al resto.

A los miembros de un grupo vale recordarles que ellos forman parte de la llama y que lejos del grupo pierden todo su brillo.

Es bueno recordarles que todos somos responsables por mantener encendida la llama de cada uno y debemos promover la unión entre todos para que el fuego sea realmente fuerte, eficaz y duradero.

No importa si a veces nos molesta tantos mensajes que llegan al chat, lo que importa es estar conectados, en silencio algunos, otros muy activos, los amigos y colegas que aquí estamos reunidos para aprender de ellos o para que les enseñemos algo.

Mantengamos la llama viva.

Aunque algunos se reporten esporádicamente es bueno saber que mantienen su llama encendida.

Dios no se equivoca cuando reúne a tantas personas entorno a un objetivo.