viernes, 30 de junio de 2017
ME ENCANTÓ ESTA FRASE
Me encantó esta frase: "Los ríos no beben su
propia agua; los árboles no comen sus propios frutos. El sol no brilla para si
mismo; y las flores no esparcen su fragancia para si mismas. Vivir para los
otros es una regla de la naturaleza. (...)
La vida es buena cuando tú estás feliz; ¡pero la vida
es mucho mejor cuando los otros son felices por causa tuya”!!!
*PAPA FRANCISCO*
jueves, 29 de junio de 2017
¿JUSTIFICAR O JUZGAR?
¿JUSTIFICAR O JUZGAR?
Una de las habilidades que Dios me está ayudando a
desarrollar es la habilidad de humillarme. Dios le dijo al Rey Josías, “Porque…
te has humillado delante de Jehová…, yo también te he escuchado”. Como
resultado, él no sería testigo del juicio de Dios sobre su pueblo (2º. Reyes
22:19-20). La frase clave es “te has humillado”. Cuando creí en Jesucristo,
Dios puso en mis manos el derecho a juzgarme. Si fallo en ejercitar ese
derecho, él lo hará por mí. El juzgarme es simplemente revisar mi relación con
Dios. La mayor parte del tiempo esa revisión revelará algo que falte o que se
requiera. Es en ese momento cuando debo humillarme y reconocer mi falta y pedir
perdón de Dios.
Si me juzgo a mí mismo, soy perdonado y no necesito
castigo (1ª. Corintios 11:31-32). Pero si me niego a juzgarme, el Señor debe
hacerlo por mí. Esto quiere decir que debe añadir su “disciplina”, su vara
correctora. Cuando yo era un creyente novato solía decir, “Acepta a Cristo y
Dios nunca te juzgará”. Ahora sé que eso no es cierto. Más bien la realidad es,
“¡Acepta a Cristo y estarás a diario bajo su juicio!”. No el juicio de la ira
de Dios sobre mis pecados, sino el juicio del Espíritu de Dios sobre la calidad
de mi vida; el juicio no para aniquilarme sino para purificarme.
El mundo nada conoce acerca de “juzgarse a sí mismo”,
sólo sabe justificarse. Esta es una diferencia clave entre el discípulo y la
persona mundana. Siempre puedo calibrar mi vida espiritual al hacerme una
simple pregunta: ¿Me estoy justificado o juzgando a mí mismo? El que se
justifica revela que hay algo oculto que está mal; la naturaleza carnal ha
tomado nuevamente el control. Pero el que se juzga a sí mismo demuestra que el
Espíritu Santo de Dios está vivo en su corazón. Es en esa condición que “el
mismo Señor de Paz, le dará siempre paz en toda manera” (2ª. Tes. 3:16).
¿Cómo andas en este asunto?
Haz los ajustes necesarios.
Dios te bendiga.
“La tristeza que proviene de Dios produce el
arrepentimiento que lleva a la salvación, de la cual no hay que arrepentirse,
mientras que la tristeza del mundo produce la muerte”
(2ª. Corintios 7:10).
MI ORACIÓN DE INTERCESIÓN POR TI
Mi oración de intercesión por ti
Dios te bendiga.
Dios bendiga tu corazón
Dios bendiga tu vida.
Dios bendiga tu salud.
Que Dios bendiga tu hogar.
Que Dios bendiga a tu familia.
Dios bendiga tu trabajo.
Dios bendiga tu vida espiritual.
Dios bendiga tus finanzas.
Dios bendiga todos tus proyectos.
Dios te bendiga a ti y tu familia en abundancia.
Elige a quién quieres que Dios bendiga hoy.
MI ORACIÓN CONTIGO
"Los ojos del Señor están sobre los justos, y sus
oídos, atentos a sus oraciones". Sal 34,15. Debes reconocer que la oración
ante las preocupaciones no es la última o única alternativa, sino la mejor.
Mi oración contigo.
EL AGUA NO PURIFICA SIN LA ACCIÓN DEL ESPÍRITU SANTO
Antes se te ha advertido que no te limites a creer lo
que ves, para que no seas tú también de éstos que dicen: ¿Éste es aquel gran
misterio que ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni vino a la mente del hombre? Veo
la misma agua de siempre: ¿ésta es la que me ha de purificar, si es la misma en
la que tantas veces me he sumergido sin haber quedado nunca puro? De ahí has de
deducir que el agua no purifica sin la acción del Espíritu.
Por esto has leído que en el bautismo los tres
testigos se reducen a uno solo: el agua, la sangre y el Espíritu, porque si
prescindes de uno de ellos ya no hay sacramento del bautismo. ¿Qué es, en
efecto, el agua sin la cruz de Cristo, sino un elemento común, sin ninguna
eficacia sacramental? Pero tampoco hay misterio de regeneración sin el agua,
porque el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el reino de
Dios. También el catecúmeno cree en la cruz del Señor Jesús, con la que ha sido
marcado, pero si no fuere bautizado en el nombre del Padre y del Hijo y del
Espíritu Santo, no puede recibir el perdón de los pecados ni el don de la
gracia espiritual. Por eso el Sirio Naamán, en la ley antigua, se bañó siete
veces, pero tú has sido bautizado en el nombre de la Trinidad. Has profesado
-no lo olvides- tu fe en el Padre, en el Hijo, en el Espíritu Santo. Vive
conforme a lo que has hecho. Por esta fe has muerto para el mundo y has
resucitado para Dios y, al ser como sepultado en aquel elemento del mundo, has
muerto al pecado y has sido resucitado a la vida eterna. Cree, por tanto, en la
eficacia de estas aguas.
Finalmente, aquel paralítico (el de la piscina
Probática) esperaba un hombre que lo ayudase. ¿A qué hombre, sino al Señor Jesús
nacido de una virgen, a cuya venida ya no era la sombra la que había de salvar
a uno por uno, sino la realidad la que había de salvar a todos? Él era, pues,
al que esperaban que bajase, acerca del cual dijo el Padre a Juan Bautista:
sobre quien veas descender el Espíritu y posarse sobre él, ése es el que
bautiza con el Espíritu Santo. Y Juan dio testimonio de él diciendo: Vi al
Espíritu bajar del cielo como una paloma y posarse sobre él. Y si el Espíritu
descendió como paloma fue para que tú vieses y entendieses en aquella paloma
que el justo Noé soltó desde el arca una imagen de esta paloma y reconocieses en
ello una figura del sacramento.
¿Te queda aún lugar a duda? Recuerda cómo en el
Evangelio el Padre te proclama con toda claridad: Éste es mi Hijo, en quien
tengo mis complacencias, cómo proclama lo mismo el Hijo, sobre el cual se
mostró el Espíritu Santo como una paloma, cómo lo proclama el Espíritu Santo,
que descendió como una paloma, cómo lo proclama el salmista: La voz del Señor
sobre las aguas, el Dios de la gloria hace oír su trueno, el Señor sobre las
aguas torrenciales, cómo la Escritura te atestigua que a, ruegos de Yerubbaal,
bajó fuego del cielo, y cómo también, por la oración de Elías, fue enviado un
fuego que consagró el sacrificio. En los sacerdotes, no consideres sus méritos
personales, sino su ministerio. Y si quieres atender a los méritos,
considéralos como a Elías, considera también en ellos los méritos de Pedro y
Pablo, que nos han confiado este misterio que ellos recibieron del Señor Jesús.
Aquel fuego visible era enviado para que creyesen; en nosotros, que ya creemos,
actúa en fuego invisible; para ellos, era una figura, para nosotros, una
advertencia. Cree, pues, que está presente el Señor Jesús, cuando es invocado
por la plegaria del sacerdote, ya que dijo: Donde dos o tres están reunidos,
allí estoy yo también. Cuánto más se dignará estar presente donde está la
Iglesia, donde se realizan los sagrados misterios.
Descendiste, pues, a la piscina bautismal. Recuerda tu
profesión de fe en el Padre, en el Hijo, en Espíritu Santo. No significa esto
que creas en uno que es el último, sino que el mismo tenor de tu profesión de
fe te induce a que creas en el Hijo igual que en el Padre, en el Espíritu igual
que en el Hijo, con la sola excepción de que profesas que tu fe en la cruz se
refiere únicamente a la persona del Señor Jesús.
MY BELOVETH GOD
My beloveth of
God, Please I want you to take a moment to pray this prayers along with me,
call the name of each of your children born or not yet born and began to water
them with this prayers. My children are gifts and testimonies for this, they
shall be blessed in Spirit and Soul. Their bodies shall be full of vitality of
the Lord, their lives are garnished with wealth and abundance, as they are
experiencing peace all around. I shall not mourn over my children, because they
are satisfied with life, they shall live long and take care of me. They will
eat the good of the land this land and any land they step their feets. The Lord will not take them
where there's no grace. The Lord will keep us together as a united family and
our relationships will be more fruitful
than ever before in Jesus Christ name, Amen!!!🙏😇 Shalom!!!❤
MI ORACIÓN CONTIGO
"Dios no fallará en cumplir ninguna de las buenas
promesas que ha hecho a su pueblo, todas se cumplirán". Jos 21,45. La
esperanza en las promesas de Dios, es la mayor fortaleza para salir de toda
prueba y dificultad.
Mi oración contigo.
miércoles, 28 de junio de 2017
LA INSONDABLE PROFUNDIDAD DE DIOS
Dios está en todas partes, es inmenso y está cerca de
todos, según atestigua de sí mismo: Yo soy -dice- un Dios cercano, no lejano.
El Dios que buscamos no está lejos de nosotros, ya que está dentro de nosotros,
si somos dignos de esta presencia. Habita en nosotros como el alma en el
cuerpo, a condición de que seamos miembros sanos de él, de que estemos muertos
al pecado. Entonces habita verdaderamente en nosotros aquel que ha dicho:
Habitaré en medio de ellos y andaré entre ellos. Si somos realmente vivificados
por él, como miembros vivos suyos: Pues en él -como dice el Apóstol- vivimos,
nos movemos y existimos.
¿Quién, me pregunto, será capaz de penetrar en el
conocimiento del Altísimo, si tenemos en cuenta lo inefable e incomprensible de
su ser? ¿Quién podrá investigar las profundidades de Dios? ¿Quién podrá
gloriarse de conocer al Dios infinito que todo lo llena y todo lo rodea, que
todo lo penetra y todo lo supera, que todo lo abarca y todo lo trasciende? A
Dios ningún hombre vio ni puede ver. Nadie, pues, tenga la presunción de
preguntarse sobre lo indescifrable de Dios, qué fue, cómo fue, quién fue. Éstas
son cosas inefables, inescrutables, impenetrables; limítate a creer con
sencillez, pero con firmeza, que Dios es y será tal cual fue, porque es
inmutable.
¿Quién es, por tanto, Dios? El Padre, el Hijo y el
Espíritu Santo son un solo Dios. No indagues más acerca de Dios; porque los que
quieren saber las profundidades insondables deben antes considerar las cosas de
la naturaleza. En efecto, el conocimiento de la Trinidad divina se compara con
razón a la profundidad del mar, según aquella expresión del Eclesiastés:
Profundo quedó lo que estaba profundo: ¿quién lo alcanzará? Porque, del mismo
modo que la profundidad del mar es impenetrable a nuestros ojos, así también la
divinidad de la Trinidad escapa a nuestra comprensión. Y por esto, insisto, si
alguno se empeña en saber lo que debe creer, no piense que lo entenderá mejor
disertando que creyendo; al contrario, al ser buscado, el conocimiento de la
divinidad se alejará más aún que antes de aquel que pretenda conseguirlo.
Busca, pues, el conocimiento supremo, no con
disquisiciones verbales, sino con la perfección de una buena conducta; no con
palabras, sino con la fe que procede de un corazón sencillo y que no es fruto
de una argumentación basada en una sabiduría irreverente. Por tanto, si buscas
mediante el discurso racional al que es inefable, estará lejos de ti, más de lo
que estaba; pero, si lo buscas mediante la fe, la sabiduría estará a la puerta,
que es donde tiene su morada, y allí será contemplada, en parte por lo menos. Y
también podemos realmente alcanzarla un poco cuando creemos en aquel que es
invisible, sin comprenderlo; porque Dios ha de ser creído tal cual es,
invisible, aunque el corazón puro pueda, en parte, contemplarlo.
martes, 27 de junio de 2017
OFENDIENDO Y RECIBIENDO OFENSAS
OFENDIENDO Y RECIBIENDO OFENSAS
Como discípulo de Jesucristo necesito aprender a no
ofender jamás ni sentirme ofendido nunca. Jesús dijo que el mundo nos ofende
constantemente, pero debemos procurar no ofender (Mateo 18:7-9), como
seguidores suyos.
En este asunto él fue tan estricto que alcanzó a
afirmar que era mejor quitarse un ojo, un pie o una mano que ofender a otra
persona. Él quería decir que debemos abandonar cualquier cosa que ofende a
otro, no importa lo doloroso que sea para nosotros.
También debo entender, como discípulo con
discernimiento, que contra mí vendrán muchas ofensas. Debo ser prudente como
una serpiente (saber que habrá ofensas), pero sencillo como una paloma (no
ofender).
Es apenas natural que de vez en cuando ofenda sin
querer. Por ejemplo, el mismo Evangelio que predicamos ofende a muchos, y si lo
predico y lo vivo fielmente, con toda seguridad algunos se van a molestar. Pero
esa no es la ofensa a la cual se hace referencia. Jesús habla de la ofensa que
resulta de tener la mente entenebrecida. Él está pensando en la ofensa que
resulta cuando hay malas intenciones.
No podemos lograr que todo el mundo nos ame; pero así
podemos, así como el profeta Daniel, conseguir que aquellos que nos odian
digan: “Es por causa de su Dios”.
Sentirse ofendido es otra cosa. Por la gracia de Dios
jamás debo sentirme ofendido, así como tampoco lo hizo nuestro Señor. No
importa lo mal intencionado o lo vil que sea el origen de la ofensa, debo
procurar no atribuir propósito de malicia a la acción de nadie. Más bien tengo
que entregar mi causa al Señor diciendo: “Señor, juzga tú en este asunto”. De
esa forma logro que la venganza esté totalmente en las manos de él.
Una vida sin ofensa es una disciplina no tan fácil
para el seguidor de Jesucristo. Sin embargo, el mismo Jesús nos dio ejemplo
perfecto estando en la tierra, y nos invita y llama a serlo también nosotros.
Aquel que me dijo que debo ser sencillo como una paloma (Mateo 10:16) jamás me
pide hacer algo imposible, más bien me dará el poder para lograrlo.
Dios te bendiga.
“Cuando le
maldecían, él no respondía con maldición. Cuando padecía, no amenazaba, sino
que se encomendaba al que juzga con justicia” (1ª. Pedro 2:23).
DESDE QUE ME ENTERE
“Desde que me
enteré de su profunda fe en el Señor Jesús y del amor que tienen por el pueblo
de Dios en todas partes, no he dejado de dar gracias a Dios por ustedes.
Los recuerdo constantemente en mis oraciones y le pido
a Dios, el glorioso Padre de nuestro Señor Jesucristo, que les dé sabiduría
espiritual y percepción, para que crezcan en el conocimiento de Dios.
Pido que les inunde de luz el corazón, para que puedan
entender la esperanza segura que él ha dado a los que llamó —es decir, su
pueblo santo—, quienes son su rica y gloriosa herencia.
También pido en oración que entiendan la increíble
grandeza del poder de Dios para nosotros, los que creemos en él. Es el mismo
gran poder que levantó a Cristo de los muertos y lo sentó en el lugar de honor,
a la derecha de Dios, en los lugares celestiales.
Ahora Cristo está muy por encima de todo, sean
gobernantes o autoridades o poderes o dominios o cualquier otra cosa, no solo
en este mundo sino también en el mundo que vendrá. Dios ha puesto todo bajo la
autoridad de Cristo, a quien hizo cabeza de todas las cosas para beneficio de
la iglesia. Y la iglesia es el cuerpo de Cristo; él la completa y la llena, y
también es quien da plenitud a todas las cosas en todas partes con su presencia.”
Efesios 1:15-23 NTV
DIOS TARDA PERO NUNCA OLVIDA
Dios tarda, pero nunca olvida.
Haz esta bonita
oración de sanación, procura no romperla, si no puedes enviarla Avísame, es que
escogí bien a mis 12 persona queridas, envíala a quien tu creas que la necesité:
Padre nuestro camina dentro de mi casa y llévate todas mis preocupaciones,
enfermedades, temores y por favor protege a mis padres, hermanos, a mis hijos,
mis amigos y toda mi familia, en el nombre de Jesús amen.
¡Si Dios esta primero en tu vida, deja de hacer lo que
estás haciendo y envíala!
MI ORACIÓN CONTIGO
"El camino de Dios es perfecto; la promesa del
Señor es digna de confianza". Sal 18,30. Aunque las malas situaciones
hagan parecer como que ya no hay solución, recuerda: Dios es tu esperanza.
Mi oración contigo.
MI ORACIÓN CONTIGO
"Dios mío, ¡tu amor es incomparable! Bajo tu
sombra protectora todos hallamos refugio". Sal 36,7. Dios no está ausente
en tus acontecimientos. Él tiene tu caso en sus manos; pero necesitas creerlo.
Mi oración contigo.
lunes, 26 de junio de 2017
MENSAJE FRANCISCO I
*Imperdible mensaje del Papa en la Misa de hoy. Lo
comparto porque es realmente emocionante*.
"Puedes tener
defectos, estar
ansioso y vivir irritado algunas veces, pero no te olvides que tu vida es la
mayor empresa del mundo.
Sólo tú puedes evitar que ella vaya en decadencia.
Hay muchos que te aprecian, admiran y te quieren.
Me gustaría que recordaras que ser feliz, no es tener
un cielo sin tempestades, camino sin accidentes, trabajos sin cansancio,
relaciones sin decepciones.
Ser feliz es encontrar fuerza en el perdón, esperanza
en las batallas, seguridad en el palco del miedo, amor en los desencuentros.
Ser feliz no es sólo valorizar la sonrisa, sino
también reflexionar sobre la tristeza.
No es apenas conmemorar el éxito, sino aprender
lecciones en los fracasos.
No es apenas tener alegría con los aplausos, sino
tener alegría en el anonimato.
Ser feliz es reconocer que vale la pena vivir la vida,
a pesar de todos los desafíos, incomprensiones, y períodos de crisis.
Ser feliz no es una fatalidad del destino, sino una
conquista para quien sabe viajar para adentro de su propio ser.
Ser feliz es dejar de ser víctima de los problemas y
volverse actor de la propia historia.
Es atravesar desiertos fuera de si, mas ser capaz de
encontrar un oasis en lo recóndito de nuestra alma.
Es agradecer a Dios cada mañana por el milagro de la
vida.
Ser feliz es no tener miedo de los propios
sentimientos.
Es saber hablar de si mismo.
Es tener coraje para oír un "no".
Es tener seguridad para recibir una crítica, aunque
sea injusta.
Es besar a los hijos, mimar a los padres, tener
momentos poéticos con los amigos, aunque ellos nos hieran.
Ser feliz es dejar vivir a la criatura libre, alegre y
simple, que vive dentro de cada uno de nosotros.
Es tener madurez para decir *'me equivoqué'*.
Es tener la osadía para decir *'perdóname'*.
Es tener sensibilidad para expresar *'te necesito'*.
Es tener capacidad de decir *'te amo'*.
Que tu vida se vuelva un jardín de oportunidades para
ser feliz...
Que en tus primaveras seas amante de la alegría.
Que en tus inviernos seas amigo de la sabiduría.
Y que cuando te equivoques en el camino, comiences
todo de nuevo.
Pues así serás más apasionado por la vida.
Y descubrirás que ser feliz no es tener una vida
perfecta.
Sino usar las lágrimas para regar la tolerancia.
Usar las pérdidas para refinar la paciencia.
Usar las fallas para esculpir la serenidad.
Usar el dolor para lapidar el placer.
Usar los obstáculos para abrir las ventanas de la
inteligencia.
Jamás desistas....
Jamás desistas de las personas que amas.
¡Jamás desistas de ser feliz, pues la vida es un
espectáculo imperdible!"
*Papa Francisco* ESTE MENSAJE DEL PAPA NOS VA BIEN A
TODOS FAVOR LEERLO Y SI LES PARECE BUENO PARA OTROS VAMOS A DIFUNDIRLO QUE SE
CONVIERTA EN UNA EPIDEMIA QUE CONTRIBUYA A MEJORAR UN POCO LA ACTITUD DE TODOS
Y POR ENDE A MEJORAR EL MUNDO.
EXCELENTE INICIO DE SEMANA
Con el correr y la rutina del diario vivir, uno se va
olvidando de lo que Cristo hizo por nosotros en la Cruz; pensamos que se trata
sólo de la salvación, cuando en realidad Él nos dio autoridad sobre la sanidad,
la prosperidad, la santidad. Hay muchas cosas que nosotros no usamos por
desconocer que las tenemos, y nos volvemos dependientes de otros para alcanzar
la gracia, el perdón y el amor del Señor. Démosle a Él lo que Hoy tenemos,
nuestras virtudes y defectos, nuestros talentos y debilidades y nunca faltará
Su luz en nuestra vida. Renueva fuerzas en Cristo. Excelente inicio de semana
¿QUIÉN ESTÁ EN LA CRUZ?
¿QUIÉN ESTÁ EN ESA CRUZ?
Es preciso cuidar que mi servicio al Señor no sea
apenas otra actividad más. ¿Será que predico porque me gusta estar en la
pantalla durante media hora? ¿Enseño porque me fascina tener a toda una clase
bajo el hechizo de mi enseñanza? ¿Gano almas para el Señor porque disfruto de
mis conquistas?
Cada vez me doy más cuenta de lo sutil y traicionera
que es la carne. A la carne no le preocupa vestirse de traje religioso, siempre
y cuando no tenga que morir. El problema consiste en saber la respuesta a esta
pregunta: “¿Quién está en la cruz, y quién está sobre el trono de mi vida?”
Históricamente el gran cambio ya tuvo lugar: Cristo estuvo en la cruz y ahora
debe estar sentado sobre el trono de nuestro corazón. Por otra parte, nuestro
“yo” estaba en el trono de nuestra vida y ahora debe estar colgado y traspasado
sobre la cruz. Cada vez que me atrevo a cambiar las condiciones de los dos y
así echar para atrás lo que ya es historia, ¡entonces me encuentro en graves
problemas!
Desde la eternidad la gran ambición del “yo” ha sido
la de escapar de la cruz y sigilosamente trepar nuevamente sobre el trono. A
veces he pensado en la crucifixión de mi “yo” como algo totalmente logrado para
poder decir: “¡Allí, tenga, crucificado una vez y para siempre!” Pero con
demasiada frecuencia al observar más detenidamente me doy cuenta que esa cruz
personal está vacía, porque mi “yo” ha vuelto a escapar y surge con muchas
ganas de estar en pantalla.
Crucificar el “yo” no es simplemente negar su
existencia. Si fuera así bastaría con decir “Ya no existes más”. Pero la
verdadera vida cristiana dice: “Tú estás muerto para ti mismo, pero vivo para
Cristo” (ver Gálatas 2:20). Y, es más, el ser cristiano significa que debo
morir antes y no después, para vivir verdaderamente y disfrutar de todo lo que
Cristo tiene para mí. No es la persona quien debe morir, sino la tendencia que
tenemos de ser egoístas. Jesús no estimó “el ser igual a Dios como algo a que
aferrarse” (Fil. 2:6). ¡Si Jesús, siendo el mismo Dios encarnado, rehusó
aferrarse de su privilegio de deidad, cuánto más debo yo, un pobre pecador,
cuidar de endiosarme! La solución no es una crucifixión única, sino algo que
debe repetirse diariamente. El canto del corazón de un discípulo de Dios
contiene como letra las palabras de Gálatas 2:20, “Con Cristo estoy juntamente
crucificado, y ya… vive Cristo en mí”. Es la vida que sigue a la muerte; y es
la victoria que resulta de la crucifixión.
¿Cómo andas en este asunto?
Haz los ajustes necesarios.
Dios te bendiga.
“Y sabemos que
nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del
pecado sea destruido, a fin de que no seamos esclavos del pecado” (Romanos
6:6).
sábado, 24 de junio de 2017
EL CAMINO PARA LLEGAR A LA VIDA VERDADERA
Cristo en persona es el camino, por esto dice: Yo soy
el camino. Lo cual tiene una explicación muy verdadera, ya que por medio de él
tenemos acceso al Padre.
Mas, como este camino no dista de su término, sino que
está unido a él, añade: La verdad y la vida; y, así, él mismo es a la vez el
camino y su término. Es el camino; en cuanto Dios, añade: La verdad y la vida,
dos expresiones que indican adecuadamente el término de este camino.
Efectivamente, el término de este camino es la
satisfacción del deseo humano, y el hombre desea principalmente dos cosas: en
primer lugar, el conocimiento de la verdad, lo cual es algo específico suyo; en
segundo lugar, la prolongación de su existencia, lo cual le es común con los
demás seres. Ahora bien, Cristo es el camino para llegar al conocimiento de la
verdad, con todo y que él mismo en persona es la vida: Me enseñarás el sendero
de la vida.
Por esto el evangelista identifica el término de este
camino con las nociones de verdad y vida, que ya antes ha aplicado a Cristo. En
primer lugar, afirma que él es la vida, al decir que él era la fuente de la
vida; en segundo lugar, afirma que es la verdad, cuando dice que era la luz
para los hombres, ya que luz y verdad significan lo mismo.
Si buscas, pues, por donde has de ir, acoge en ti a
Cristo, porque él es el camino: Éste el camino, caminad por él. Y san Agustín
dice: Camina a través del hombre y llegarás a Dios. Es mejor andar por el
camino aunque sea cojeando por el camino, aunque adelante poco, se va acercando
al término; pero el que anda fuera del camino, cuanto más corre, tanto más se
va alejando del término.
Si buscas a dónde has de ir, adhiérete a Cristo,
porque él es la verdad a la que deseamos llegar: Mi paladar repasa la verdad.
Si buscas dónde has de quedarte, adhiérete a Cristo, porque él es la vida:
Quien me alcanza encuentra la vida y obtiene el favor del Señor.
Adhiérete, pues, a Cristo, si quieres vivir seguro; es
imposible que te desvíes, porque él es el camino. Por esto, los que a él se
adhieren no van descaminados, sino que van por el camino recto. Tampoco pueden
verse engañados, ya que él es la verdad y enseña la verdad completa, pues dice:
Yo para esto nací y para esto vine al mundo: para declarar, como testigo, en
favor de la verdad. Tampoco pueden verse decepcionados, ya que él es la vida y
dador de vida, tal como dice: Yo he venido para que tengan vida, y que la
tengan en abundancia.
SALMO 23
*Salmo 23* y todo te saldrá bien hoy: "El Señor
es mi pastor nada me faltará y nada me ha de pasar". No lo cortes, es una
petición a Dios por ti y tu familia. Espero no molestarte solo envía este
mensaje a todos tus amigos. Dentro de 4 minutos Dios hará un milagro en tu
vida.
MI ORACIÓN CONTIGO
"La victoria proviene de ti, oh Señor; bendice a
tu pueblo". Sal 3,8. Dá esos pasos de fe que Dios te está demandando
aunque humanamente no veas nada en el horizonte. Te sorprenderá.
Mi oración contigo.
ASÍ BENDECIRÉIS A LOS HIJOS DE ISRAEL
"Así bendeciréis a los hijos de Israel. Les
diréis: (24) 'El SEÑOR te bendiga y te guarde; (25) el SEÑOR haga resplandecer
su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; (26) el SEÑOR alce sobre ti su
rostro, y te dé paz.'"
Estas son las palabras que Dios encomendó a Aarón y a
sus descendientes (los sacerdotes, heb. Kohanim) con las cuales deben bendecir
a Su pueblo. No para cualquiera, sino para los Hijos de Dios, para aquellos que
han dado el paso de hacer un Pacto con Él.
Así como Jesús les enseñó a Sus discípulos cómo orar
(Mateo 6:9-13), también el Padre les enseña a los líderes espirituales cómo
bendecir a Su Pueblo.
¿ERES EJEMPLO PARA QUE OTROS TE IMITEN?
¿Eres un ejemplo para que otros te imiten?
La forma en la que vivimos y la manera en la que
actuamos podría ser un ejemplo de vida para otros, aunque no siempre es el
mejor modelo.
Si tienes hijos seguramente imitaran tus ademanes, tus
gestos, tu forma de hablar, reír y hasta tu caminar.
Imitaran tu comportamiento.
Vive tu vida de tal manera que puedan ver la obra que
Dios está haciendo contigo.
Si vives una vida en oración, si el Señor está en el
centro de tu corazón, tu vida llevará bendición a otros.
Esfuérzate por reflejar al Señor en todo
Y vive una vida digna de un hijo de Dios
miércoles, 21 de junio de 2017
CONFLICTOS POR FUERA, TEMORES POR DENTRPO
Los santos barones, al hallarse involucrados en el
combate de las tribulaciones, teniendo que soportar al mismo tiempo a los que
atacan y a los que intentan seducirlos, se defienden de los primeros con el
escudo de su paciencia, atacan a los segundos arrojándoles los dardos de su
doctrina, y se ejercitan en una y otra clase de lucha con admirable fortaleza
de espíritu, en cuanto que por dentro oponen una sabia enseñanza a las
doctrinas desviadas, y por fuera desdeñan sin temor las cosas adversas; a unos
corrigen con su doctrina, a otros superan con su paciencia. Padeciendo, superan
a los enemigos que se alzan contra ellos; compadeciendo, retornan al camino de
la salvación a los débiles; a aquéllos les oponen resistencia, para que no
arrastren a los demás; a éstos les ofrecen su solicitud, para que no pierdan
del todo el camino de la rectitud.
Veamos cómo lucha contra unos y otros el soldado de la
milicia de Dios. Dice san Pablo: Conflictos por fuera, temores por dentro. Y
enumera estas dificultades exteriores diciendo: Con peligros en los ríos,
peligros de bandidos, peligros de parte de los de mi raza, peligros de parte de
los paganos, peligros en las ciudades, peligros en el desierto, peligros en el
mar, peligros de parte de falsos hermanos. Y añade cuáles son los dardos que
asesta contra el adversario, en semejante batalla: Con trabajos y fatigas, con
muchas noches sin dormir, con hambre y con sed, con ayunos frecuentes, con frío
y sin ropa.
Pero, en medio de tan fuertes batallas, nos dice
también cuánta es la vigilancia con que protege el campamento, ya que añade a
continuación; Y, además de muchas otras cosas, la responsabilidad que pesa
sobre mí diariamente, mi preocupación por todas las Iglesias. Además de la
fuerte batalla que él ha de sostener, se dedica compasivamente a la defensa del
prójimo. Después de explicarnos los males que ha de sufrir, añade los bienes
que comunica a los otros.
Pensemos lo gravoso que ha de ser tolerar las
adversidades, por fuera, y proteger a los débiles, por dentro, todo ello al
mismo tiempo. Por fuera sufre ataques, porque es azotado, atado con cadenas;
por dentro sufre por el temor de que sus padecimientos sean un obstáculo no
para él, sino para sus discípulos, Por esto les escribe también: Nadie vacile a
causa de estas tribulaciones. Ya sabéis que éste es nuestro destino. Él temía
que sus propios padecimientos fueran ocasión de caída para los demás, que los discípulos,
sabiendo que él había sido azotado por causa de la fe, se hicieran atrás en la
profesión de su fe.
¡Oh inmenso y entrañable amor! Desdeñando lo que él
padece, se preocupa de que los discípulos no padezcan en su interior desviación
alguna. Menospreciando las heridas de su cuerpo, cura las heridas internas de
los demás. Es éste un distintivo del hombre justo, que, aun en medio de sus
dolores y tribulaciones, no deja de preocuparse por los demás; sufre con
paciencia sus propias aflicciones, sin abandonar por ello la instrucción que
prevé necesaria para los demás, obrando, así como el médico magnánimo cuando
está él mismo enfermo. Mientras sufre las desgarraduras de su propia herida, no
deja de proveer a los otros el remedio saludable.
SOLAMENTE DI LA PALABRA
¡SOLAMENTE DI LA PALABRA!
Por tu gracia, Señor, no seré un discípulo “con
muletas”. O sea, esa clase de discípulo que se la pasa diciendo: “Si no viere…
y metiere… no creeré”. Así como Tomás y Gedeón, el “discípulo apuntalado” tiene
que ver pruebas palpables de que Dios está con él, porque de lo contrario no se
mueve.
Claro que las pruebas consuelan y las necesitamos a
veces, pero tú, Señor, deseas hacernos cristianos sin exigir puntales de apoyo.
Confieso que con demasiada frecuencia he orado: “Señor, quiero saber tu
voluntad, así que te pido por favor de una pequeña señal para mostrarme el
camino”. Claro que no hay nada malo en descubrir pruebas de que sí voy por dónde
es. El problema está en pedir las pruebas de antemano, lo cual demuestra mi
poca fe.
Debo ser como el centurión de Capernaúm, quien pidió a
Jesús que le sanara a su empleado enfermo (Mateo 8:8). En otras palabras, “Ni
siquiera es necesaria tu presencia física, basta con tu palabra”. ¿Con qué
frecuencia acepto la Palabra de Dios como suficiente sin pedir puntales y
señales y hasta la misma presencia divina? Con razón Jesucristo dijo: “De
cierto os digo que no he hallado tanta fe en ninguno en Israel” (vs. 10).
Quisiera tener la fe del centurión, pero suelo actuar
como Abram, cuya fe tenía granitos de duda. También hago reclamos parecidos a
la inquietud de Abram cuando preguntó: ¿Qué (señal) me has de dar? Pues
continúo sin hijos” (Gén. 15:2). Él quería creer en la promesa de Dios, pero su
naturaleza se lo impedía. En su gran misericordia y paciencia, Dios le
complació (cómo lo hace muchas veces) y le dijo “tu descendencia será como las
estrellas…” (vs. 5) como señal. Fue entonces que Abraham “creyó al Señor” (vs.
6) y con el tiempo llegó a ser Abraham, el patriarca de la fe y del pacto
hebreo. Pero mejor hubiera dicho como el centurión romano siglos después:
¡Solamente di la palabra!
Señor, hazme un discípulo como el centurión. Uno que
tiene suficiente fe como para siempre decir “Solamente di la palabra”, y quien
no necesita de que le esté apuntalando, aún cuando las señales son cosas ¡tan
maravillosas como las mismas estrellas!
Quiero decir como María: “Hágase conmigo conforme a tu palabra” (Lucas
1:38).
¿Cómo andas en este asunto?
Haz los ajustes necesarios.
Dios te bendiga.
“Para siempre,
oh Señor, permanece tu palabra en los cielos. Por generación y generación es tu
fidelidad” (Salmo 119:89-90).
domingo, 18 de junio de 2017
SALMO 123:3-5
Salmo 127:3-5 He aquí, herencia de Jehová son los
hijos; Cosa de estima el fruto del vientre. Como saetas en mano del valiente,
Así son los hijos habidos en la juventud. Bienaventurado el hombre que llenó su
aljaba de ellos
MI ORACIÓN CONTIGO
"Afortunado el que confía en el Señor y no busca
ayuda en dioses falsos". Sal 40,4. Dios nada lo pasa desapercibido! La
oración que das por olvidada, Él la trae en el momento correcto.
Mi oración contigo.
FABRICANDO UN PADRE
Fabricando un Padre
En el taller más extraño y sublime conocido, se
reunieron los grandes arquitectos, los afamados carpinteros y los mejores
obreros celestiales que debían fabricar al padre perfecto:
"Debe ser fuerte", comentó uno.
"También, debe ser dulce", comentó otro
experto.
"Debe tener firmeza y mansedumbre: tiene que
saber dar buenos consejos".
"Debe ser justo en momentos decisivos, alegre y
comprensivo en los momentos tiernos".
"¿Cómo es posible, interrogó un obrero, poner tal
cantidad de cosas en un solo cuerpo"?
"Es fácil", contestó el ingeniero.
"Sólo tenemos que crear un hombre con la fuerza del hierro y que tenga
corazón de caramelo".
Todos rieron ante la ocurrencia y se escuchó una voz
(era el Maestro, dueño del taller del cielo):
"Veo que al fin comienzan, comentó sonriendo. No
es fácil la tarea es cierto, pero no es imposible si ponen interés y amor en
ello".
Y tomando en sus manos un puñado de tierra, comenzó a
darle forma.
"¿Tierra?, preguntó sorprendido uno de los
arquitectos. ¡Pensé que lo fabricaríamos de mármol, o marfil o piedras preciosas!
"Este material es necesario para que sea humilde,
le contestó el Maestro.
Y extendiendo su mano sacó de las estrellas oro y lo
añadió a la masa.
"Esto es para que en pruebas brille y se mantenga
firme".
Agregó a todo aquello, amor, sabiduría, le dio forma,
le sopló de su aliento y cobró vida, pero... faltaba algo, pues en su pecho le
quedaba un hueco.
"¿Y qué pondrás ahí?", preguntó uno de los
obreros.
Y abriendo su propio pecho, y ante los ojos asombrados
de aquellos arquitectos, sacó su corazón, y le arrancó un pedazo, y lo puso en
el centro de aquel hueco.
Dos lágrimas salieron de sus ojos mientras volvía a su
lugar su corazón ensangrentado.
¿Por qué has hecho tal cosa?", le interrogó un
ángel obrero.
Y aun sangrando, le contestó el Maestro:
"Esto hará que me busque en momentos de angustia,
que sea justo y recto, que perdone y corrija con paciencia, y, sobre todo, que
esté dispuesto aún al sacrificio por los suyos y que dirija a sus hijos con su
ejemplo, porque al final de su largo trabajo, cuando haya terminado su tarea de
padre allá en la tierra, regresará hasta mí. Y satisfecho por su buena labor,
yo le daré un lugar aquí en mi reino. Le extenderé mi mano, descansará en mi
pecho y tendrá Vida Eterna.
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