AMANDO A OTROS DE
MANERA REDENTORA
Dios me manda amar
a otros. Sin embargo, con esto Él no quiere decir que deba amarlos de manera
natural, sino de manera redentora. El amor redentor es la manera como Dios nos
ama, y fue expresado de modo convincente en la vida de Oseas, el profeta. Su
mujer lo abandonó y se fue a vivir con otro hombre; luego Oseas tuvo la
humillante experiencia de tener que comprarla de su adulterio (Oseas 3:1-3)
¡Piensa en el hecho de tener que volver a comprar algo que ya es tuyo! Sin
embargo, eso es lo que Oseas hizo respecto de Gomer; y con mayor
transcendencia, es lo que Dios hizo por nosotros.
El amor redentor
no conoce vergüenza, está preocupado por el amado, no por sus propios
sentimientos. Jesús no exclamó en un
acto de autocompasión, “pobre de mí” cuando estaba colgado en la cruz. Oseas no
pensó en escatimar medios cuando dio el dinero por su esposa. Él tomó el pecado
y desgracia de ella como si fueran suyos, y por causa de ella voluntariamente
pagó sus deudas y la trajo de vuelta al hogar.
El amor redentor
une de manera permanente. Gomer nunca volvió a dejar a su esposo. ¿Cómo podría,
ante un amor como ese? Realmente soy un “digno de lastima” si después de mirar
al Calvario y ser reconciliado con mi creador, quiero escabullirme para
continuar asociándome con el mundo. El amor redentor es la fuerza unificadora
más poderosa en el mundo.
No puedo imitar el
amor redentor de Dios lejos de él, no importa qué tanto debe ser “Como… Cristo
amó a la iglesia” (Efesios 5:25). Las reservas para dar esa clase de amor
sobrenatural se acaban en el momento en que se vuelve a depender de la
capacidad emocional, hasta en las relaciones más cercanas. Mi única esperanza
es recibir y expresar el amor redentor (Tito 2:1-6, 11-14). “Amados, ya que
Dios nos amó así, también nosotros debemos amarnos unos a otros. Nosotros
amamos, porque él nos amó primero” (1ª. Juan 4:11,19).
¿Cómo andas en
este asunto?
Haz los ajustes
necesarios.
Dios te bendiga.
“Y nosotros hemos conocido y creído el amor
que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor. Y el que permanece en el amor
permanece en Dios, y Dios permanece en él”
(1ª. Juan 4:16)
No hay comentarios:
Publicar un comentario