miércoles, 6 de julio de 2016

HIMNO VIII


Nacidos de la luz, hijos del día,

vamos hacia el Señor de la mañana.

Su claridad disipa nuestras sombras

y alegra y regocija nuestras almas.



Que nuestro Dios, el Padre de la gloria,

nos libre para siempre del pecado,

y podamos así gozar la herencia

que nos legó en su Hijo muy amado.



Honor y gloria a Dios, Padre celeste,

por medio de su Hijo Jesucristo,

y al Don de toda luz, el Santo Espíritu,

que vive por los siglos de los siglos.  Amén


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